Mientras los que lo conocimos con su monumental ‘Ibicus’ o la espléndida ‘Rio abajo’ seguimos esperando que Pascal Rabaté vuelva a considerar la opción de firmar de forma completa un nuevo proyecto, de un tiempo a esta parte nos venimos conformando con verlo acompañado de diversos artistas en guiones que, en sus dos últimas obras, han orbitado alrededor de un mismo concepto, el de los crímenes pasionales. Y si hace algo más de un año era Norma la que os acercaba a ‘Revienta, cerdo’, la truculenta e imaginativa historia en la que el guionista rendía un particular y brillante homenaje a ‘Gil Pupila’, la genial creación de Maurice Tillieux, ahora es Planeta DeAgostini la que, dentro de su puntual apuesta por la BD, nos propone asomarnos a ‘Ropa sucia’, relato cargado de ironía sobre la venganza y el coste que ésta acarrea.
‘Ropa sucia’ empieza en una prisión, sigue casi de forma inmediata con un flashback que nos presenta las hilarantes circunstancias que llevaron al protagonista a tener que permanecer entre rejas durante veinte años y sigue, en lo que supone el grueso de la narración, con el seguimiento que Rabaté hace a los planes de venganza de Martino, un comercial que dos décadas atrás intento acabar con la vida de su despendolada esposa y su amante, se equivocó de pareja y no pudo culminar sus ansias de sangre para con la mujer con la que se casó. Pero ahora le ha llegado la ocasión de arreglar tan desafortunado giro del destino, y lo que han conseguido los veinte años en el correccional es que las ansias de sangre del protagonista ya no se limiten a su antigua compañera, sino a toda las ramificaciones de la familia de la que ésta forma parte ahora.
Aunque nos prive de su incuestionable talento para el dibujo y la narrativa secuencial, lo cierto es que las elecciones de Rabaté en cuanto a los artistas que deben interpretar sus historias han sido hasta ahora impecables. ‘Ropa sucia’ no es una excepción, y el trazo desenfadado de Sébastien Gnaedig casa a la perfección con el tono de la historia hilvanada por el escritor: de exposición clara, si bien el epíteto simple es el que quizás mejor se ajuste a las formas gráficas de Gnaedig, es una simpleza que permite al relato respirar y que no se postula como estorbo ante lo que, evidentemente, es el fuerte del volumen, esa historia que arrancará alguna risa del lector y que tan agradable regusto deja.
Ropa sucia
- Autores: Pascal Rabaté y Sébastien Gnaedig
- Editorial: Planeta DeAgostini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 128 páginas
- Precio: 10 euros