Nada mejor que la banda sonora de ‘La profecía’, una de las más magnas obras de Jerry Goldsmith —y aquella por la que se llevó un Oscar que hubiera merecido en incontables ocasiones más—, para acompañarnos en la lectura de la última propuesta salida de la fértil imaginación de El Torres, ese guionista malagueño que, de mano de Dib-buks a este lado del charco —y del sello Amigo al otro—, nos ha acercado ya a pesadillas tan soberbias como ‘El bosque de los suicidas’ o la que, a entender de este redactor, sigue siendo aquella con la que rayó en lo magistral, la asombrosa y terrorífica ‘El velo’. Sin salir del género de terror por el que tanto y tan bien sabe moverse, y a la espera de saber si podrá hacerse realidad el que su maravillosa ‘El fantasma de Gaudí’ —una lectura que se queda a muy pocos pasitos de ir codo con codo con la citada ‘El velo’— sea capaz de alzarse con el Premio Nacional del Cómic, lo que El Torres nos propone en ‘Roman Ritual’ es un relato que el pasado viernes encontraba una suerte de perfecto complemento en la segunda y terrorífica entrega de ‘Expediente Warren’.
Echando mano cómic y película de una monja demoníaca como parte de los elementos que rodean a núcleo central de la trama, ‘Roman Ritual’ nos acerca al siempre fascinante mundo de los exorcismos de mano de un sacerdote exiliado cuya presencia es requerida en el Vaticano por una posesión que podría poner patas arriba toda la estructura de la Iglesia Católica sacudiéndola desde sus cimientos. Discurriendo por derroteros más o menos comunes del sub-género del terror que en el cine encontró su origen —y figura más imitada— en ‘El exorcista’ de William Friedkin, las evidentes concomitancias entre las diversas situaciones en las que los agentes de Dios tienen que hacer frente a las fuerzas demoníacas no sorprenden tanto como sí lo hace la descripción de esa suerte de anti-héroe que es el protagonista y, sobre todo, de un Cardenal del que el guionista se vale para plantear lo que, a la postre, se antoja más apasionante de la lectura.
Sirviéndose del citado Cardenal Balaguer —un apellido elegido con toda la intención—, El Torres arremete sin tapujos contra ese execrable segmento de la Iglesia Católica que durante siglos se ha apoyado en su posición privilegiada para hacer mal uso del supuesto poder divino que le confiere el altísimo y cometer crímenes que en otro caso no habrían sido mirados por encima. Afortunadamente, la sociedad actual ya no contempla con los mismos ojos de adoración incuestionable a la organización, y temas como los abusos sexuales o la corrupción que aquí aparecen son perseguidos, quiero creer, más allá de la impunidad bajó la que se arroparon antaño.
Combinados ambos frentes de la narración bajo un ritmo que no deja respiro al lector —resultará imposible, toda vez hayáis arrancado, dejar la lectura— quizás la única traba que le interpondría a ‘Roman Ritual’, y lo haría a sabiendas de que funciona a las mil maravillas, es el arte de Jaime Martínez. Pero, como digo, dicha traba se debería más a motivos de filia personal hacia el estilo del artista que a razones de peso fundamentadas en una narración que discurre con fluidez, que no entorpece lo más mínimo el rápido discurrir de los acontecimientos y que, no cabe duda, ayuda sobremanera a imprimir en el lector una indiscutible sensación de miedo en no pocos instantes.
Otra reseña en Fancueva | ‘Roman Ritual’, el demonio contraataca
Roman Ritual
- Autores: El Torres, Jaime Martínez y Sandra Molina
- Editorial: Dib-buks
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 124 páginas
- Precio: 15,20 euros en
Otro listillo que se la da en plan transgresor. A ver si se enteran de una vez que por leer los cómics de Predicador, Chosen: American Jesus, Crónicas de Wornwood, Jesus hates zombies, Bible Reloaded o Battle Pope van a saber más sobre la fe cristiana que los mismos cristianos. Es tan ridículo como decir que por leer los protocolos de los sabios de Sión y Mein Kampf ya eres un experto en judaísmo.
No necesitamos hipócritas sermones sobre fanatismo e intolerancia por parte de gente que no sabe nada sobre Asia Bibi, o que ha olvidado las víctimas de la revolución cultural de Mao. ¿Qué va a pasar el día en que un día estalle una bomba en una iglesia cristiana, con víctimas mortales? ¿Entonces ya vais a protestar, pero no contra el misoteismo y el anticlericalismo, sino porque muchos van a reclamar que cancelen la teleserie de Predicador?