‘Ranciofacts vol.3: Rancio no, lo Siguiente’, ¡jajojajota!

Permítanme que sea poco objetivo en la redacción de esta reseña. El autor del libro en cuestión, Pedro Vera, me ganó hace años al caer en mis manos uno de esos Pendones del Humor que dedicaban sus páginas a recopilar historietas aparecidas en la revista El Jueves. Aquellos dos personajillos, Ortega y Pacheco, eras pura caspa, sus gracietas se basaban exclusivamente en los más rancio y casposo que se nos pasara por la cabeza. Incluso en momentos de vergüenza ajena, el que estuviera leyendo el tebeo no podía reprimir soltar alguna que otra carcajada al ver algunos de los momentos más surrealistas que se recuerdan.

Eso era hace años, si atendemos a la portada de este ‘Ranciofacts Volumen 3: Rancio no, lo Siguiente’ intuimos que el discurso de Vera no solo no ha cambiado un ápice, sino que sigue aún más desatado que en sus tiempo mozos. Está muy claro que el murciano basa gran parte de su éxito entre el respetable en usar situaciones y personajes cotidianos con los que el lector se sienta plenamente identificado con tan solo abrir el libro por la primera página. La caspa repele pero, al mismo tiempo, nos fascina, tiene algo que la hace irresistible incluso para la persona más respetable.

Algo tendrá cuando “la saga” ha alcanzado ya su tercera entrega y parece que la cosa va para largo ya que Vera cuenta con una ventaja, tiene a su alcance una cantidad de información que hace años era imposible imaginar. La sociedad se va renovando cada día, aparecen continuamente nuevos “inventos” que merecen tener sus quince minutos de fama en estas ácidas páginas. Las redes sociales y sus “memes” contribuyen en gran medida a que el amigo Pedro pueda seguir repartiendo estopa a todos aquellos que nos bombardean con continuas idioteces.

¿Qué nos vamos a encontrar en este nuevo volumen de la Enciclopedia rancia por excelencia? Pues desde muestrarios de bares de carajillo y palillos de dientes hasta una amplia variedad de postres pasando por campañas electorales, formas de “darle al manubrio” o la cantidad absurda de artilugios que se pueden encontrar en una cocina moderna. Sí, puede que sea más de lo mismo pero, amigos, ahí radica la grandeza del maestro, no se repite en ningún momento. Las risas están más que aseguradas, solo hay que mirar el botijo que reposa sobre la cabeza de Arévalo en la portada del libro. Lo dicho, un genio.
[Grade — 8.50]