‘Ragnarok Volumen 1: El Último Dios en Pie’, la veteranía es un grado

Cuando aún estamos disfrutando con las hazañas belicosas de los Norteños que ECC Ediciones está recuperando, nos llegan más bárbaros henchidos de odio y mala baba, esta vez, de mano de un nombre clásico en el mundo del comic, un artista completo que ya firmó en su día algunos de los tebeos más recordados del medio, como su ejemplar etapa al frente del Dios del Trueno para Marvel. Efectivamente, estamos hablando de Walter Simonson, un tipo que puede gustar más o puede gustar menos pero, lo que nadie se atreve a negar, es su buen hacer cada vez que se pone manos a la obra con algún trabajo nuevo.

Esta vez ha optado por algo que parece domina a la perfección algo que convierte a este ‘Ragnarok Volumen 1: El Último Dios en Pie’ en una compra obligada. Para el aficionado que haya estado en contacto con la cultura nórdica o con la historia más o menos reciente de Thor, se podrá imaginar lo que le espera tras la portada de este volumen: el final de todo, el ocaso de los dioses, la despedida del mundo tal y como lo conocemos. ¿Les suena? Debería, ya que ha sido un tema que siempre ha dado muy buenos resultados cada vez que ha sido utilizado en el mundo de las viñetas.

La situación es bien sencilla, tan solo queda un dios, sumido en un profundo sueño, atrapado entre el mundo de los vivos y los muertos. El señor de los muertos enviará a un elfo oscuro cuya misión será acabar con esta deidad pero, obviamente, no será una misión sencilla ya que el último dios despierta y tras ver cómo ha cambiado el mundo, descubriendo que todos los dioses de Asgard han pasado a mejor vida, comenzará una venganza personal para honrar a todos los caídos. Para ello usará sus dos armas más poderosas: ansias de matar y su martillo Mjolnir (sí, no hace falta que se sorprendan, dioses nórdicos, recuerden).

A este primer arco argumental no le falta absolutamente nada, algo en lo que Simonson se muestra bastante cómodo. Empezar una colección de esta manera, sin ningún tipo de ataduras editoriales otorga una libertad que se traduce en calidad. Y no solo a nivel de guión, las páginas rebozan acción y espectacularidad, se nota que el autor está disfrutando con lo que hace, algo que nosotros, los lectores, nos percatamos a la primera de cambio. Toda una alegría el ver que un autor veterano como es Simonson siga al pie del cañón, impartiendo lecciones de cómo hacer un buen comic, algo que otros no pueden decir, el tiempo no trata a todo el mundo por igual.
[Grade — 8.00]