‘¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra?’, sencillamente sublime

Creo que el hecho de figurar en la selección de lo mejor que el cómic europeo nos había dejado durante 2013 es algo que hablaba de forma evidente de las muchas e incuestionables virtudes de ‘¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra?’, lo último que Norma nos ha traído de ese prolífico escritor que es Zidrou, un autor del que vale la pena cualquier cosa que tenga a bien firmar y que en muy poco tiempo se ha convertido en una de las voces más reconocibles, singulares y de obligado seguimiento de las muchas que nos llegan desde el otro lado de los Pirineos.

Poseedor de una magia especial con la que se caracterizan todos y cada uno de los cómics que hasta ahora han visto la luz en nuestro país encabezados con su nombre, el talante de las historias de Zidrou se mueve siempre en parámetros de sencillez, candor y una calidez que provocan en el lector sensaciones tan inigualables como indescriptibles. Sus cómics son de esos que, a falta de epítetos más elaborados, pueden y deben calificarse siempre como «bonitos», recogiendo tan simple adjetivo una carga emocional superlativa que, en el caso que nos ocupa, agarra el corazón del lector y no lo suelta durante sus 56 páginas.

‘¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra?’ es la historia de Catherine y Michel, madre e hijo unidos por una tragedia automovilística que provocó un retraso mental en el segundo que obligó a la primera a aparcar su vida para dedicarse en cuerpo y alma a ese niño grande que es su vástago. Con tales mimbres, caer en la lágrima fácil, el sentimentalismo de manual o la manipulación sin arredros del lector hubieran sido opciones a las que cualquier otro escritor se había rendido, pero Zidrou, que sabe muy bien lo que se trae entre manos, no se deja llevar por tales actitudes, y traza una historia franca que huye de forma consciente de querer caer simpática, provocando en última instancia esa sensación en los que estamos al otro lado de la página, por mor de la genialidad que desprenden las páginas.

Una genialidad a la que, obviamente, no es ajeno el espectacular arte de nuestro Roger. El coautor de esa imprescindible obra que es ‘Jazz Maynard’ nos regala aquí un trabajo que responde de forma precisa e íntima a los mismos parámetros en los que se mueve el guión, y tanto en su agradable trazo (agradabilísimo, cabría matizar) como en la concreción cromática, que se caracteriza por el uso de cálidos tonos térreos, lo que vemos en las páginas del álbum es, directamente, para quitarse el sombrero. Insisto pues en lo que apuntaba al comienzo, poco importan vuestras filias acerca de éste o aquél género tebeístico en concreto, si sois amantes del noveno arte, ‘¿Quién le zurcía los calcetines al Rey de Prusia mientras estaba en la guerra?’ es una lectura tan obligada como la que más.