‘Ojo de Halcón vol.1’, «Marvel at its best»

Fue verla anunciada y pensar (no podía ser de otra manera) «vaya, ya tenemos a Marvel intentando sacarle partido a uno de los personajes que mejor había quedado en ‘Los vengadores'». El hecho de que dos nombres como Matt Fraction y David Aja estuvieran al frente de esta nueva serie de ‘Ojo de Halcón‘ al menos era garante de que la solidez argumental y la calidad visual no se olvidarían por el camino. Lo que no podíamos imaginar, por mucho que así lo pretendieramos, era que lo que La Casa de las Ideas se traía entre manos iba a terminar convirtiéndose en la mejor cabecera con la que la editorial cuenta en la actualidad.

Convertido gracias a sus ejemplares trabajos en la franquicia mutante o ‘Puño de hierro’ en uno de los guionistas estrella de la editorial (algo que las dos series de la primera familia Marvel de las que actualmente se encarga no ha hecho más que confirmar), Matt Fraction está utilizando a Clint Burton y su alter ego para, de manera similar a lo que ha venido mostrando en ‘Casanova‘ hasta el momento, hacer lo que le venga en gana con un personaje atractivo sin necesidad de atarlo, al menos no de manera intensa, a la continuidad del Universo Marvel.

Lo que ello está suponiendo de cara al lector es el encontrarse con una de las más frescas aproximaciones que se ha hecho al mundo de los superhéroes tradicionales, centrando Fraction su discurso en la vida privada de Burton, la integración en su existencia de Kate Bishop (la Ojo de Halcón de ‘Los jóvenes vengadores‘) y las asombrosas aventuras que ambos están viviendo tanto en su faceta de héroes como en el agitado devenir diario que las consecuencias de aquellas van generando.

De endiablado ritmo, el trabajo de Fraction no habría tenido el mismo impacto que atesora de no haber contado con artistas de la talla de David Aja o Javier Pulido. La asombrosa narrativa del primero, que ya habíamos tenido la oportunidad de saborear en ‘Puño de hierro’, ha mejorado exponencialmente de cara a las páginas que ha venido concretando aquí, asumiendo el artista español claras influencias cinematográficas (hay páginas que se podrían trasladar directamente a celuloide) que se fusionan con otras tan geniales como las de Windsor McCay (atención al número 6 de la serie).

Combinado con la suma eficacia que Pulido siempre aporta a sus páginas, la lectura de este primer volumen de ‘Ojo de Halcón’ es, a falta de una expresión algo más formal, una auténtica gozada en todos los sentidos posibles que un cómic puede serlo. Y por si acaso no ha quedado claro: una compra obligada para cualquier lector, sea Marvelzombie o no.