El panorama que nos ha quedado en Marvel tras la marcha de Brian Michael Bendis hace algunos años (sí, por mucho que se haya convertido en uno de los autores más odiados por un grupo importante de aficionados, nadie puede negar que su llegada a La Casa de las Ideas supuso una revolución total en la forma de construir y redefinir un universo en viñetas) no hace más que arrojar ciertas dudas a la hora de plantear nuevas colecciones y conceptos. Quizás, una de las estrategias más utilizadas, para no complicarse demasiado la existencia, sea la de publicar numerosas miniseries protagonizadas por los personajes más variopintos y extraños. Algo que contrasta con el interés que genera cada una de esas historias, íntimamente ligado con los gustos de cada uno, ya saben, este me gusta más que aquel y me hizo mucha gracia en aquella colección, por eso me lo compro. Panini lanza la caña todos los meses con dos o tres referencias de estas características y nosotros, los potenciales compradores, tenemos un buen abanico de posibilidades para elegir.
Una de las más recientes es este ‘Ojo de Halcón: Caída Libre’, un personaje que cuenta con un índice de “molonidad” bastante alto pero que, a pesar de ello, nunca ha gozado del éxito que otros personajes con menos calado han tenido. A ver, un tipo chulete con actitud rebelde cuya habilidad es el manejo maestro de arco y flecha, pues, tiene bastante camino recorrido. Sin embargo, aparte de la exquisita etapa de Matt Fraction y David Aja, no cuenta con una carrera editorial que sea recordad por el fándom. Este nuevo intento de aupar al bueno de Clint Burton viene firmado por Matthew Rosenberg y Otto Schmidt, dos autores de nuevo cuño que poco a poco empiezan a sonar con fuerza dentro de la industria. El que fuera líder de Thunderbolts y Vengadores Costa Oeste se verá envuelto en una trama bastante lejana de la grandilocuencia de antaño, ahora los problemas son a pie de calle y vienen blandiendo pistolas y bastante mala baba.
Una historia que trae de vuelta a Ronin, otro alter ego de Burton, cuyos métodos resultan bastante más expeditivos que los usados por los héroes de hoy en día. Pero, ¿quién se esconde bajo la máscara del violento justiciero? Toca investigar y demostrar su inocencia. El guión de Rosenberg no puede ser más frenético, una continua carrera del protagonista buscando pistas entre una ingente cantidad de invitados (El Encapuchado, El Halcón, Soldado de Invierno, Tony Stark, Spiderman, Luke Cage, Daredevil…y alguno más). Sabe mantener el misterio hasta el final, dosificando la información y aportando algunos giros de guión que nos dejarán completamente descolocados. Si encima cuentas con las ilustraciones de alguien como Schmidt, el resultado no hace más que mejorar. Unos lápices eléctricos, dinámicos y llenos de fuerza, unos personajes que parecen salir de la página y cuyas expresiones y lenguaje corporal hablan por sí solos. Uno de los mayores descubrimientos en esto de los tebeos al que le auguramos un futuro de lo más prometedor. Vale, una lectura que no va a cambiar nuestras vidas pero nos va a proporcionar una lectura de lo más entretenida. [Grade — 8.00]
Seguimos con otro personaje de los llamados secundarios, un tipo azul con muy malas pulgas que, gracias a las adaptaciones cinematográficas de Los Guardianes de la Galaxia, se ha hecho un hueco en nuestros corazones. En Marvel pensarían que era buen momento para que este ‘Yondu: Mis Dos Yondus’ viera la luz para regocijo de todos sus seguidores. Eso sí, en este volumen vamos a poder disfrutar de dos versiones de un mismo personaje ya que, aparte de la conocida por los largometrajes de James Gunn, ese ser canalla, sin escrúpulos y bastante pendenciero, también va a tener un papel fundamental aquella más clásica, la del esbelto arquero de majestuosa aleta en la cabeza. El guión escrito a cuatro manos por la pareja Zac Thompson y Lonnie Nadler nos sitúa al Yondu “caradura” encontrando a sus colegas de los Ravagers (un grupo de piratas y ladrones que se deja caer de vez en cuando por las páginas de Los Guardianes) en una situación bastante complicada ya que muchos de ellos aparecen muertos. Entre los cuerpos aparece un objeto tan poderoso como las Gemas del Infinito, La Urna del Heraldo, hecho que hará que nuestro trapichero favorito se plantee su venta al mejor postor con la sana intención de correrse una juerga padre.
Evidentemente, no todo será tan fácil ya que en este momento hará acto de presencia el Yondu del futuro, el del siglo XXXI que, tras tener una visión de su dios Anthos, tendrá que viajar al pasado para impedir la venta del poderoso objeto, un acto que pondría en peligro la existencia y futuro de su pueblo. Un guión sencillo y sin demasiadas florituras pero terriblemente efectivo, un relato que ponía en primera plana a la versión moderna del personaje para satisfacer a todos aquellos que se había familiarizado con él al pasar por las salas de cine. Pero al mismo tiempo otorgaba su cuota de viñeta al Yondu original (ese con el que muchos habían crecido y no lo reconocían en la actuación de Michael Rooker) que regresaba para reclamar lo que era suyo desde 1969. El británico John McCrea es el encargado de poner imágenes a las tropelías ambos Yondus y no se me ocurre alguien más adecuado para hacerlo Con su estilo sucio, desgarbado y “tembloroso”, nos lleva hasta un planeta claustrofóbico, oscuro y peligroso, perfectamente retratado en viñetas repletas de detalles y con unos colores espectaculares aplicados por un Mike Spicer con el que hace un dúo inmejorable y muy bien compenetrado. Vale que estas miniseries no vayan a pasar a la historia como obras maestras absolutas pero nadie puede negar la calidad de muchas de ellas y, sobre todo, el buen rato que vamos a pasar con ellas al alejarse del evento multitudinario de turno. Yo me apunto a todas. [Grade — 8.00]
Ojo de Halcón: Caida Libre / Yondu: Mis Dos Yondus
- Autores: V.V.A.A.
- Editorial: Panini Comics
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 136 / 112 páginas
- Precio: 14.00 / 13.00 euros