Estamos acostumbrados a que el medievo en general y la fantasía épica en particular sean objeto de cachondeo. Desde ‘El mago de Id’ al Mundodisco, pasando por la reciente ‘Los diablos’ de Abercrombie o la parodia artúrica por obra y gracia de los Monty Python, parece que nos cuesta tomarnos en serio a un puñado de bestiajos armados, amazonas de exigua armadura, orcos con mal café y dragones varios. Que Crom me perdone. ‘Oglaf’, con una frenética carrera digital y dos volúmenes ya publicados en nuestro país, por obra y gracia de Fandogamia, juega en esta liga. Sólo que le añade al cóctel una buena dosis de algo que ya demostró ‘Juego de Tronos’ que funciona muy bien: el sexo. Entre lo picante y lo explícito este es un cómic que debe mantenerse fuera del alcance de los niños, pero que al adulto, ruborizado o no, le regala un puñado de buenas carcajadas.
Esta obra puede disfrutarse sin haber leído los números anteriores, aunque si no se ha hecho deja muchas ganas de hacerlo. Este conjunto de tiras de una página nos presenta a todo un reparto coral con un contado número de personajes fijos como Mistertica (la explicación de por qué tan peculiar apelativo dejo que la descubra el lector, pero si garantizo nos deja algunas de las mejores páginas del tomo). Si bien el comienzo en el que encontramos una suerte de continuidad en torno al dios de la mentira (o más bien de mentira) parece invitar a lo contrario, este es un conjunto de chascarrillos gruesos en los que no faltan reyes que encargan bizarras misiones, guerreras de ideas claras, dentistas que parecen magos y hasta un sosias del mismísimo Conan. ‘Oglaf’ es pura intrascendencia y diversión que, de no ser por el tono adulto, podría dejarnos una ligera sensación de déjà vù, entre encantamientos varios (ahí está la muñeca que concede deseos), torneos con sorprendentes contendientes y sectas apocalípticas que no se bajan del burro ni ante su mismo dios.
Un sentido del humor que no es para todos los públicos pero que engancha es la principal seña de identidad de un cómic de dibujo cuidado, con un ligero toque caricaturesco pero sin renunciar a presentar personajes sexys y anatómicamente correctos de ambos sexos, y sin esas exageraciones que más de una vez se presupone al humor erótico.
En un mercado en el que el cómic erótico ha perdido peso desde los tiempos de la revista Kiss y derivados (no hay que olvidar el manga de género Boys Love explícito, que tiene bastante tirón, y otras aportaciones procedentes del país del sol naciente, pero hablamos de una vertiente muy distinta) se agradece una propuesta como ‘Oglaf’, que ni se toma en serio a si misma ni falta que le hace. Esta es una obra que puede leerse de un tirón o a pequeños bocados y deja, aún como supondrá el lector con unos chascarrillos más afortunados que otros, un buen sabor de boca. Para disfrutar solo, en compañía o regalar al novio o la novia en su despedida de soltero…el medievo nunca fue tan pícaramente divertido.
Oglaf. Libro dos y medio.
- Autores: Doug Bayne y Trudy Cooper
 - Editorial: Fandogamia Editorial
 - Encuadernación: Rústica
 - Páginas: 148 páginas
 - Precio: 15 €
 
					
			



				
				
				