Aunque no se puede negar que las migraciones en masa como peregrinaciones religiosas o éxodos forzosos se han hecho en su mayoría a pie, el vehículo se torna un elemento indispensable en el viaje. Pero hay viajes y viajes. No es lo mismo un tour turístico por obra y gracia de la agencia de turno que aquellos que han conducido al ser humano a cruzar fronteras como la mar océana o las mismas estrellas, odiseas tan importantes que hasta recordarnos los nombres de aquellas naves que llevaron a sus protagonistas, en la realidad o la deliciosa ficción, como el Beagle, el Apolo XI o el halcón milenario. Aunque hay veces que lo que queda en el inconsciente colectivo no es su nombre sino su propia imagen, y al respecto se me ocurren pocos ejemplos tan emblemáticos como el cohete de Tintin, esa silueta blanca y roja que no importa si en en El milagro de P. Tinto, si en pleno cruce entre las calles de Alcalá y Gran Vía es reconocible sin lugar a dudas, incluso para aquellos que no hayan abierto un álbum del audaz reportero en su vida.
Este es el auténtico icono que constituye la mejor carta de presentación de una de las apuestas culturales más esperadas de este 2022, Hergé: The exhibition. Y es que tras la reproducción del módulo espacial de gran tamaño que encontramos en pleno centro de Madrid, en el Círculo de Bellas Artes, podemos asistir hasta el 19 de febrero de 2023 a un completo recorrido por la trayectoria del creador del periodista más famoso del mundo del cómic (con permiso de Peter Parker, Clark Kent y alguno más que me dejo en el tintero).
Hay que aclarar, aunque sea de perogrullo, que esta no es «Tintin: The exhibition». El joven aventurero es un pilar básico tanto en la carrera de Hergé como en esta exposición, pero en ella encontraremos además de numerosos bocetos, originales e impresiones que nos permiten apreciar bien el método de trabajo de su autor así como la reelaboración de algunas páginas, otras obras mucho menos conocidas como sus óleos o la labor de su taller en el campo de la publicidad.
Un recorrido poliédrico que nos lleva desde la propia colección de arte y las influencias de Hergé hasta las primeras ediciones de Tintin pasando por reproducciones de algunos elementos emblemáticos (como el fetiche de ‘La oreja rota‘ o el chateau de Moulinsart, donde se desarrolla ‘Las joyas de la Castafiore‘), un mural con los títulos en distintos idiomas, carteles, apuntes y mucho más. Todo en un cuidado diseño de salas en el que destaca ese cósmico pasillo que muestra los pasos en la creación de un álbum al compás de las notas de David Bowie.
Hergé: The exhibition es una auténtica exposición espectáculo en la linea de esa otra delicia que pudimos también disfrutar en el Círculo como la dedicada a Stanley Kubrick. Una de esas propuestas que aunque entusiasmen a los fans acérrimos no dejan de ser una amena y entretenida actividad para cualquier amante del arte en general y el cómic en particular. Aunque probablemente sepa a poco, y echemos de menos un poco de atención a aspectos ‘extracurriculares’ como el abundante merchandising dedicado a su personaje estrella (eso sí, podemos encontrar buena parte del mismo en la tienda de recuerdos, catálogo incluído) esta muestra es imprescindible para los fans de la bande desinée y los nostálgicos del personaje. Tintín, a pesar de las polémicas que siempre ha arrastrado y arrastrará, tantas como rodean a su creador, sigue siendo un personaje digno de descubrir y redescubrir, y esta visita que nos permite explorar el universo de su padre el mejor empujón para aventurarnos en un viaje que, si nos dejamos arrastrar, puede durar toda nuestra vida.