'Nuevos Mutantes: la legión letal', mutis en plan millennials

Con todo lo que formó en su momento Jonathan Hickman en ‘Dinastía de X / Potencias de X‘ y la posterior Era Krakoa, momento de máximo esplendor mutante en décadas, era imposible que se dejara de lado al grupo formado por los más jóvenes del lugar, aquellos que de la mano de Chris Claremont y, posteriormente, Louise Simonson, alcanzaron cotas de popularidad bastante altas. Toca renovación con este ‘Nuevos Mutantes: La Legión Letal‘, una miniserie que Panini recopila en un tomo y donde nos vamos a encontrar a una formación construida a partir de nombres conocidos y otros a los que se le brinda la oportunidad de brillar en esta nueva andadura. Nombres recién llegados como Andanza, una joven mutante capaz de asimilar poderes de otros que tenga cerca. Una chica transgénero cuyas primeras intenciones apuntaban a villana pero que parece ha sabido cambiar a tiempo. Su presencia va a ayudar a otros compañeros como Cerebella o Exploradora a desarrollar e impulsar sus poderes. Mientras, los personajes clásicos, van a hacer todo lo posible por frenar al Conde Nefaria y a su Legión Letal, una nueva formación que está bajo su protección y en la que encontraremos a personajes como Piedra Lunar, Abrecráneos, Unicornio o Volga Belle. La guionista Charlie Jane Anders consigue imprimir el equilibrio perfecto entre nuevo y clásico al sacarse de la chistera una trama con cierto aroma ochentero que recuerda a la mítica saga en la que tenía lugar una masacre mutante en los túneles morlock bajo Nueva York.

Todo un acierto el de la autora al incluir en plena Era Krakoa ese odio que siempre han sufrido los mutantes. Ver a Rhane Sinclair recorrer los oscuros pasillos donde tuvo lugar el derramamiento de sangre, con señales y huellas todavía visibles, hacen que el lector eche la vista atrás y relacione este nuevo material con el de entonces. Resulta curioso lo bien que ha funcionando ese argumento desde entonces, poco importa el paso de los años y el continuo cambio de autores, siempre habrá quien rechace a los mutantes, despreciándolos y sintiendo envidia de lo que son, sin importar quién está bajo la máscara o el uniforme. Lo que hace especial estas historias es que, ese odio desmedido, suele venir del ciudadano de a pie, esos que la mayoría de las veces son salvados precisamente por los que son objetivo de su aversión. La nota dulce entre tanto rencor llega en forma de relación amorosa, la de Andanza y Cerebella, un idilio que va a contar con todos los elementos propios de esta situación: riesgos, cambios, sacrificios, lecciones y, sobre todo, dejar a un lado los egos. Este elemento de la trama es donde mayor brillo consigue Anders, ofreciéndonos momentos muy bonitos cargados de sensibilidad.

Como viene siendo habitual en este tipo de material, el apartado gráfico está cubierto por artistas jóvenes que aún no cuentan con un currículum demasiado extenso como es el caso del mejicano Enid Balám. Sus lápices para ‘Blade Runner‘, ‘Ojo de Halcón: Kate Bishop‘ o ‘Reptil‘ encuentran continuidad en esta Legión Letal gracias a un estilo agradable, alejado de la espectacularidad gratuita y cuyo tratamiento de personajes, con un toque cartoon bastante acertado, hace que se convierta en una opción más que acertada. El resultado final contentará por igual a los lectores más veteranos y a todos aquellos que se han subido al tren mutante gracias a Hickman.