Seamos honestos desde las primeras palabras de esta entrada dedicada al álbum que Santiago García y David Sánchez han creado sobre la base de la exposición permanente del Museo Thyssen de Madrid para no llevaros a engaños sobre lo que en él podéis encontrar: ‘Museomaquia’ no tiene ni pies ni cabeza. Así de contundente y así de claro. ¿Comporta dicha afirmación tintes negativos para con el experimento —porque es eso, un experimento— publicado por Astiberri? No necesariamente, pero creía de recibo despejar la misma duda que servidor tenía antes de adentrarme en los surrealistas vericuetos de un tebeo que, intentando hilvanar un remedo de argumento, no llega a ofrecer un semblante completo de coherencia en este fundamental sentido del arte secuencial, sirviendo en la mayoría de sus 48 páginas más como un escaparate de la buena labor integradora de David Sánchez que como un tebeo propiamente dicho.
En este último sentido, ‘Museomaquia’ es, para el lector experimentado —y no es dármelas de nada, es que creo que después de un cuarto de siglo leyendo tebeos casi de forma exclusiva, calificarme como lector veterano y con cierto bagaje no es más que sentido común—, un constante manantial de frustración si, como yo, no ceja en el empeño de buscar un sustrato base, un elemento conductor del relato que, con el Joven Caballero de Carpaccio como protagonista, sirva a su cierre para extraer ciertas conclusiones sobre el mismo. Ahora bien, que esa sea la plena intención de Santiago García —guionista hábil donde los haya como bien demostró con los dos volúmenes de la extraordinaria ‘¡García!’— y que su huella a lo largo de la lectura se limite a la creación de diálogos cargados de surrealismo y situaciones que no le van a la zaga es algo que toma fuerza cuando uno reflexiona sobre ‘Museomaquia’ tiempo después de haberla finalizado.
Dicho esto, creo que disquisiciones sobre la historia al margen, es ‘Museomaquia’ un catálogo espléndido de las excelencias artísticas de David Sánchez: con su estilo pulcro y siempre impregnado de ese ambiente «Lynchiano» y enrarecido que hasta ahora han tenido todos los proyectos en los que se ha visto implicado —no hablamos en su momento de él, pero echadle un vistazo si podéis a ‘Un millón de años’—, Sánchez hace suyos estilos pictóricos tan diversos como los de Magritte, Durero, Dalí, Friedrich, Gaugin o Kandinsky para plasmar en sus viñetas el muy variado talante que atesoran las salas del Museo Thyssen-Bornemisza. Es ese empeño el que, contra todo pronóstico —por la ausencia del dichoso hilo conductor—, termina por provocar una inusitada fascinación hacia unas planchas que no será extraño querer volver a revisitar o, incluso, utilizar como guía no-pretendida a la hora de pasear por las salas del espacio museístico madrileño.
Museomaquia
- Autores: Santiago García y David Sánchez
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 48 páginas
- Precio: 16,15 euros en