‘Mundo Plasma’, delirante y bizarro noir

A Eduardo Pelegrín, más conocido como Calpurnio, le ocurre lo mismo que a muchos autores, su obra se ve ensombrecida por el éxito y notoriedad de algún trabajo en concreto de su carrera. En este caso, “El Bueno de Cutlass”, se yergue estoicamente sobre la bibliografía del maño, un ejemplo al que hay que recurrir si se quiere hacer un tebeo (o una tira, como quieran ustedes) de calidad e inteligente minimizando el aspecto gráfico. Ahora nos llega este ‘Mundo Plasma’, un nuevo trabajo que se desmarca por completo de lo que habíamos visto hasta ahora firmado por el artista y que, además, le ha valido para conseguir algún que otro premio.

Para empezar, los personajes, ya no son tan esquemáticos como suelen ser los del intrépido sheriff, y eso que Mister Plasma, La Señora Culoseco, El Señor Malasombra, El Marciano Oswald o La Elefanta Mimí no tienen precisamente un diseño especialmente complicado, pero la cosa cambia. Todos ellos seres bastante especiales y extraños que comparten aventuras en un mundo surrealista donde la acción de cada página surge justamente de la anterior. Una fórmula de corte clásico que parece estar otra vez de moda gracias a obras como esta.

Lo más llamativo es que la historia de Mundo Plasma está plagada de asesinatos y bien podría encuadrarse dentro del género negro. Los personajes mencionados un poco más arriba (y alguno más) llegan a una pensión de la que no pueden salir. Mientras intentan encontrar una salida, comienzan a sucederse los asesinatos, algo que les obligará a tomar una decisión: escapar o encontrar al culpable. Sí, esto es un relato del tipo “¿Quién lo hizo?”, otro formato clásico que hará las delicias del investigador que todos llevamos dentro.

Todo ello con un tono alucinógeno y algo disparatado, marca de la casa, que hace del relato una experiencia divertidísima llena de humor absurdo. Una vez leído el volumen, se pueden intuir algunas influencias como son las de Schultz o MacCay, pesos pesados de la historia del Noveno Arte que también aportan aquí su granito de arena para engrandecer este particular universo. Una lectura tan amena como agradable que gustará a todos los seguidores de Calpurnio, además de ver cómo el autor es capaz de enfrentarse a cosas más “trabajadas”. Incrédulos.
[Grade — 7.50]