‘Ms.Marvel 4. Superfamosa’, un nuevo arranque

Las ‘Secret Wars’ vinieron, las ‘Secret Wars’ triunfaron —al menos la magnífica serie central, porque si tuviéramos que hablar de algunos de los satélites…— y las ‘Secret Wars’ se fueron dejando una incógnita aún no resuelta acerca de ocho meses en los que los status quo de algunos héroe cambiaron de forma radical —la intriga de qué diantres pasó con Daredevil es de las que mejor se han planteado— mientras que el de otros se movía de forma sutil para acomodarse al enésimo reinicio de numeración y el inevitable cambio de volumen. De entre las que más o menos cambiaron para más o menos quedarse igual, es nuestra querida ‘Ms. Marvel’ la que, desafortunadamente, arrancó con peor pie, haciéndonos pensar las primeras páginas contenidas en este cuarto volumen de la maravillosa cabecera que lo que habíamos leído en los diecinueve números que los precedían, no pasaba de ser un hermoso espejismo.

Un mal pie que cabe atribuirlo más a G. Willow Wilson que al trío de dibujantes que podemos encontrar aquí. Empezando por la cola con un Nico Leon que es bastante resultón, no cabe duda de que en ausencia del enorme Adrian Alphona, quien mejor ha sabido entender a Kamala Khan y a su microcosmos desde un punto de vista gráfico es un Takeshi Miyazawa que ya en los números de los que se hizo cargo antes de las ‘Secret Wars’ demostró un talento asombroso para hacerse con los personajes, para dotarlos de una expresividad fabulosa a caballo entre los esquemas del tebeo de superhéroes yanquis y el manga y para fusionarlo todo en una capacidad narrativa espléndida, sólida y que se movía a un ritmo endiablado.

Despejada pues la duda de si los dibujantes están a la altura de lo que de ellos se esperaba después de contemplar aquello que precedió a esta segunda encarnación de la heroína adolescente, es como decía en G. Willow Wilson sobre quien cabe verter la responsabilidad de que el arranque de la lectura sea algo torpón, y le cueste recobrar el nivel que ostentaban orgullosos todos y cada uno de los números del volumen precedente. Contribuye a ello que la trama sobre la corporación que pretende hacerse con el control de Nueva Jersey funcione mejor como idea que en lo que la guionista lleva a la realidad del papel y que, finalizada ésta, las aventuras de la primera joven musulmana con poderes del Universo Marvel sigan por otros derroteros que, afortunadamente, son muchísimo más acordes a lo que se espera de tan especial cabecera. Tanto es así, que en los números más recientes que hemos leído llegados del otro lado del charco, ‘Ms. Marvel’ ha recuperado por completo el resuello y está funcionando a pleno pulmón. Pero eso, claro está, será materia para la entrada del volumen 5. Hasta entonces…’Nuff said!!!!