‘Mi puta vida’, honestidad y genio a hostia limpia

Fundador, entre otras, de esa institución que era del tebeo español que era ‘El Jueves’ antes de que se bajara los pantalones. Productor ejecutivo de cine y televisión, un medio éste último en el que tuvo que ver con títulos como ‘Al salir de clase’, ‘Médico de familia’ o ‘Periodistas’. Dibujante incansable y de una mordacidad incuestionable que con sus miles de viñetas ha criticado todo lo criticable…y un poco más. Periodista que lo fue no por carrera sino por profesión. Hombre de mundo. Todo esto y mucho más se podría decir de Tom Roca, uno de los humoristas gráficos fundamentales en el entendimiento del mundillo en nuestro país de los últimos treinta años y autor de una de las pocas autobiografías que he logrado leerme a lo largo de mi vida de principio a fin. Y es que, siendo francos, por mucho que mi avidez lectora me haya llevado en ocasiones a consumir auténticos bodrios, nunca he considerado de interés ese amplio género literario que, en los últimos años, ha servido para vender ejemplares como churros de las apasionantes vidas de los famosillos de turno de nuestra tierra.

Obviamente, lo que Tom Roca expone aquí no entra de lleno en ese inmenso grupo de falsas «autobiografías» —falsas en cuanto no hay quien se crea que están escritas por el personaje de turno— que pueblan las estanterías de las librerías. No. Lo que aquí podemos encontrar es un relato lleno de todas esas pequeñas cosas que, unidas, componen una vida. Así, acompañado por una amplia selección de esas viñetas que tan bien supo cultivar durante varios lustros, lo que las páginas de ‘Mi puta vida’ recogen, casi siempre con el humor por bandera, es un recorrido elocuente y ordenado por una existencia apasionante que nos lleva de la mano a momentos muy personales, sí, pero en los que no cuesta verse reflejado parcial o totalmente por más que tus propias experiencias no tengan nada que ver con la amplitud de las vividas por el autor.

Siempre honesto —o al menos eso es lo que parece cuando uno está leyendo los pequeños capítulos que componen el libro— y nunca esquivo o reacio a arremeter contra quien sea, que ‘Mi puta vida’ se ha convertido en mi autobiografía favorita e incluso en una que no me importaría volver a revisar dentro de unos años, habla mejor que ninguna otra apreciación del singular trabajo que ha acometido aquí una de las voces más cabales que tenía ‘El Jueves’ y que, afortunadamente, sigue teniendo el humor en nuestro país. Un humor al que no le cuesta nada provocar la más franca de las carcajadas ya por el uso de una muy sabia combinación entre dibujo y letra —no puede ser más intencionada la elección de la ilustración que figura en portada— ya porque, cuando ésta última alza el vuelo, alcanza cotas de genialidad.