‘MH #65 Caballero Luna: Cuenta Atrás Hacia la Oscuridad’, poderosos caballeros son Moench y Sienkiewicz

La verdad que el anuncio por parte de Panini de la recuperación del Caballero Luna de Doug Moench y Bill Sienkiewicz insufló alegría y jolgorio en este humilde reseñador. Pero, obviamente, no fui el único, ya que este material supone todo un detalle que la editorial ha tenido con los aficionados al ser la primera vez que unos tebeos extraordinarios como estos tienen (por fin) una edición a la altura. Detalle que se verá recompensado, sin lugar a dudas, con ventas a porrillo del volumen en cuestión pues han sido muchos años de ruegos y sueños húmedos fantaseando con las exquisitas y oscuras aventuras del Caballero.

‘Marvel Héroes #65 Caballero Luna Vol.1: Cuenta Atrás Hacia la Oscuridad’ es la primera entrega (presumiblemente serán dos) que recuperará la etapa más celebrada del enigmático personaje. Un héroe que ha tenido una carrera editorial digna de estudio, llena de subidas y bajadas en cuanto a popularidad y calidad se refiere, y no será por falta de nombre de algunos de los autores que han dejado su impronta en la bibliografía lunar (algo le falló incluso a Brian Michael Bendis y Alex Maleev en el enésimo intento de reflotar la franquicia).

Dejemos a un lado los trabajos más modernos que se han realizado y centrémonos en aquellos que se firmaron allá por los años 70, la llamada Edad de Plata de los comics, esa que comenzó con cierto cuarteto recibiendo radiación a troche y moche en un viaje espacial. La cabecera Werewolf By Night fue donde el Caballero Luna dio sus primeros pasos de la mano de Doug Moench, guionista que se había curtido en publicaciones como Creepy. Jack Russel (así se llamaba el simpático licántropo) encontró en Mark Spector un enemigo a la altura, un mercenario portador de todo tipo de armas de plata que pondría todo su empeño en eliminar a la temible criatura.

Poco a poco, Spector fue creciendo en popularidad y sus apariciones eran cada vez más numerosas, llamando la atención de otros profesionales como Marv Wolfman por lo que era cuestión de tiempo el que contara con su propia colección. Es en este momento cuando el tándem formado por Moench y Sienkiewicz empieza a funcionar como una máquina perfectamente engrasada, entregando aventuras oscuras e intrigantes, unos guiones que no han sufrido para nada el paso del tiempo y que, leídos hoy, suponen el mismo disfrute que hace años.

¿Y qué decir del trabajo de Sienkiewicz? En este volumen podemos apreciar la evolución del artista, desde unas primeras páginas cuyo estilo estaba influenciado por Neal Adams hasta encontrar su propio camino, un trazo eléctrico y salvaje, sombras, manchas, líneas que muchas veces se acerca más a un boceto que a un dibujo acabado, arte como pocas veces se había visto en un comic. Y gracias a Panini podemos disfrutar de todo esto en una inmejorable edición, un lujoso tomo en tapa dura que nos devuelve a otro tiempo en el que los comics se hacían de otra manera, ni mejor ni peor que ahora. Simplemente, distinto.
[Grade — 10.00]