‘Materia dispersa’, la risa es mejor en pequeñas dosis

Muchas son las ocasiones en las que servidor ha tenido la oportunidad de expresar en estas mismas líneas lo que piensa del humor en viñetas, la dificultad que comporta hacer reir con unas pocas líneas (o la total ausencia de las mismas) y el genio que hay en nuestro país en estos términos, con un buen puñado de títulos al año que demuestran los muy diversos talentos que tan complicada disciplina del cómic acapara. ‘Materia dispersa’, como podréis imaginar, es otro ejemplo más, y uno bastante brillante, del que en estos tiempos convulsos en los que nos ha tocado vivir prima sobre otras consideraciones humorísticas: la crítica cáustica para con la realidad que nos rodea.

En monodosis de una única página (una tónica que sólo se rompe una vez con una doble), Dino Lanti y Daniel Montero Gavilán, vierten toda la acidez que pueden contra un mundo que, establecido sobre los cimientos del absurdo, no es consciente muchas veces de lo surrealista de las situaciones que se le plantean. Echando mano de un dibujo simple, una gama cromática aún más simple que sólo usa negro y rojo y caracterizando sus entregas (el proyecto nació en esta página web y ahí continua dando guerra) con frases llenas de dobles sentidos y terceras lecturas, lo que el paseo por ‘Materia dispersa’ implica es ir despertando a bofetadas hilarantes a unas realidades que quizás no habías apreciado.

Y es que, más allá del genio gráfico de Montero, cuyas ilustraciones son todo un dechado de composición e imaginación, si por algo destaca este libro y el trabajo de ambos autores es por la capacidad de esas afirmaciones que acompañan a los dibujos de arrancarnos primero la risa y después la reflexión: «los políticos nos dividen y se llevan el resto», «mi madre era atea pero lo que decía iba a misa», «las organizaciones no gubernamentales son sin ánimo de lucro y las gubernamentales sinónimo de lucro»…y así podríamos seguir extrayendo aserciones que en conjunción con los citados dibujos conforman desopilantes puñaladas de un certero que asusta y que convierten a volumen y página web en sendos elementos indispensables, el uno para nuestra tebeoteca, el otro para nuestra vida diaria.