‘Mata a tu novio’, Morrison «rollo» entretenido

Cualquiera que se haya acercado a los pesos pesados de la tebeografía del insigne Grant Morrison, colegirá conmigo en que, con más o menos intensidad dependiendo del título, las historias del guionista escocés requieren de un esfuerzo extra por parte del lector. Un esfuerzo que, cuidado, se ve no obstante recompensado con creces cuando uno da cuenta de relatos como ‘Doom Patrol‘, ‘Arkham Asylum’, ‘Animal Man‘, su estancia en ‘Batman‘, sus ‘New X-Men’, el enorme ‘Klaus‘ o esa puñetera maravilla del noveno arte que es el ‘All-Star Superman‘. De hecho, si algo llevan a pensar incluso sus trabajos menos «Morrisonianos» —léase, por ejemplo, lo que hizo en la ‘JLA‘— es que el escritor siempre envuelve sus ideas en un hatillo en el que hay perpetuo lugar para las rarezas, la imaginación más alocada y los recursos más originales que uno pueda echarse a la cara. Quien así pensara estaría en lo cierto, hasta que se pusiera delante de este ‘Mata a tu novio‘ y comprobara que, cuando quiere, Morrison también puede ser «normal» e hilvanar un relato de chica conoce a chico que, con sus flecos aquí y allá, es de lo más tradicional que ha salido de la imaginación del prolífico guionista.

Detengámonos en ese «normal» de unas frases más arriba porque, aunque como digo la estructura de ‘Mata a tu novio’ bien podría servir de base para una comedia romántica del mismo palo que ‘Una historia diferente‘ —un muy reinvindicable filme de Danny Boyle con tintes fantásticos en el que el cineasta convertía a Cameron Díaz y Ewan McGregor en una pareja hecha en el cielo…literalmente—, es arrancar este breve tebeo y darse uno cuenta de que, ni queriéndolo, le sale a Morrison un cómic que pueda ser calificado de tradicional a secas: en esta divertdísima trama, que involucra a una joven colegiala británica hastiada de tener que hacer siempre lo que mandan los cánones y a un joven rebelde que le descubrirá un mundo cargado de emociones, drogas y sexo, Morrison se dedica a ir descabezando cuantas más ideas políticamente correctas, mejor.

Y, claro está, el resultado, al que pone magnífico acabado un espléndido Philip Bond —si tenéis oportunidad de echarle el lazo a su ‘Eve Stranger‘, una miniserie publicada en Estados Unidos por el sello Black Crown de IDW, no la dejéis pasar— es un divertimento extremo de principio a fin, con burradas de esas que sólo parecen tener cabida en nombres de este lado del charco como Morrison, Garth Ennis o Mark Millar y que, muy, muy alejadas del eterno, y muy ambivalente, puritanismo yanqui, son una gozada aunque vengan envueltas en la forma de un relato tan aparentemente intrascendente como este.