‘Marvel Saga Daredevil Volumen 3: Despierta’, aquí empieza algo grande

Echando un vistazo a la portada de este ‘Marvel Saga Daredevil Volumen 3: Despierta’ nos podemos dar cuenta de lo trascendental que es el material contenido en él. ¿Por calidad? Bueno, habría que decir que estos comics están bastante bien pero es, sobre todo, en la parte de los autores donde tenemos que prestar especial atención. El nombre de Brian Michael Bendis en la Marvel reciente ha sido, y será, de vital importancia ya que todos los eventos de renombre han sido orquestados por su acertada batuta (sin dobles sentidos).

Pero antes de ser alabado por muchos y odiado por otros tantos, el bueno de Bendis dejó su firma en una extensa etapa al frente del Hombre sin Miedo, historias sobresalientes que tienen su punto de partida en este Marvel Saga. Bien es cierto que no tocaría el cielo hasta que junto a su nombre no aparezca el de otro dibujante ilustre, Alex Maleev, pero mientras nos llegan esos comics podemos ir haciendo boca con la mini estancia de David Mack como jefe de pinturas, sí, han leído bien, las páginas que se marca el de Ohio son para quitarse el sombrero.

Ya a toro pasado, parece que estos primeros números guionizados por Bendis son una especie de prueba para ver qué tal se manejaba con el personaje. El que haya leído la etapa antes mencionada (rivalizando por muchos con la intocable de Miller) sabrá que se las sabe apañar bastante bien. Para confeccionar “Despierta” echa mano de algunos elementos clásicos del particular universo de Matt Murdock. Mientras el juicio de Kingpin está teniendo lugar (¿cuántos llevará ya el horondo personaje?), el reportero Ben Urich decide dejar a un lado esa noticia para centrarse en el hijo en estado catatónico de un villano prácticamente desconocido. ¿Qué se está cociendo en todo esto?

El volumen se completa con la miniserie “Daredevil: Ninja”, un relato en tres episodios donde se nos narra la búsqueda por parte de Mack de un objeto de Stick, algo que le conducirá directamente hasta una joven asiática llamada Trahn. A partir de este momento, tollinas y más tollinas. El encargado de ilustrar las tres entregas es Rob Haynes, que con un estilo bastante particular y curioso, pone la nota divertida a un volumen que, como el resto, sigue estando a un nivel altísimo. Y tengan en cuenta que lo mejor está aún por llegar.
[Grade — 8.00]