'Marvel Must-Have. Spiderman: Azul', directo al corazón

Tenemos hoy entre manos una de esas obrasque aparecieron en su momento, armaron un revuelo curioso por su planteamiento cercano e intimista, pero que necesitaban de una nueva edición que, ahora, encuentra amparo bajo el sello Must Have de Panini. Para todo aquel que esté un poco perdido, simplemente apuntar que Jeph Loeb y Tim Sale decidieron crear miniseries centradas en algunos de los personajes más famosos de Marvel, asignándole un color a cada uno, revisitando momentos importantes en la historia de estos héroes. De esta manera fueron desfilando Daredevil, Hulk, Spiderman y, en último lugar, el Capitán América.

El volumen que hoy toca reseñar, ‘Spiderman: Azul’, se centra en un personaje como es Gwen Stacy y lo que supuso su pérdida para Peter Parker en uno de los episodios más trágicos de la Historia del Comic. Y lo hace de una forma bastante original, recordando todo lo ocurrido un Peter ya mayor, casado con Mary Jane e incapaz de olvidar aquella desgracia. Pero no será la única que tendrá presencia en las páginas de este volumen, también podremos ver otros ilustres como El Duende Verde, Norman Osborn, y su hijo Harry, con el que nuestro empollón favorito tendrá una buena amistad.

¡Ains! Pobre Peter, en su día le tocó al tío Ben y ahora a su novia. Ni que decir tiene que todas estas calamidades funcionan como toque de atención para ir moldeando al personaje. Primero, deja escapar al ladrón que terminaría matando al bueno de Ben y, ahora, incluso haciendo lo correcto, también termina perdiendo. Es en este preciso instante en el que entran en juego Loeb y Sale, conocedores de la historia del personaje, juegan a su antojo con las emociones y los sentimientos del lector, sumergiéndonos en un relato triste y melancólico, connotaciones que podemos encontrar en el color azul del título.

Contar las bondades de Jeph Loeb a estas alturas de la película, es reincidir en lo obvio, en su buen hacer al frente de cualquier guión que lleve su firma, un escritor que tiene esa capacidad para empatizar con los lectores y que siempre consigue facturar tebeos que, cuanto menos, son puro entretenimiento y, de vez en cuando, también nos trae alguna que otra obra maestra. Y lo mismo podríamos aplicar al dibujante Tim Sale, con su estilo simple y esquemático, es capaz de ilustrar lo que le echen con una facilidad pasmosa. Las colaboraciones de estos dos fenómenos son aciertos, uno detrás del otro, al igual que la decisión de Panini de rescatar todos ellos, al menos, lo que a Marvel se refiere.