‘Marvel Gold Los Defensores: Los Hombres Cabeza’, locura superheroica

Anda que no disfruta una editorial, en este caso le toca el turno a Panini, cuando aparece una película o una serie de televisión basada en alguno de los personajes que forman parte de su catálogo. La editora de Marvel en España está teniendo bastante suerte puesto que el cine y la caja tonta se han portado bastante bien en los últimos años con el Capitán América y compañía. Hace poco nos llegaba vía Netflix algunas adaptaciones catódicas como Daredevil, Luke Cage, Jessica Jones o Puño de Hierro, el paso lógico era una nueva producción que juntara a todos esos héroes formando el no grupo de Marvel más famoso del Noveno Arte.

Y es aquí cuando surge la posibilidad de recupera una serie clásica y exquisita de la Marvel pre 1980, no siendo una decisión nueva ya que este ‘Marvel Gold Los Defensores: Los Hombres Cabeza’ supone ya la quinta entrega protagonizada por esta particular formación: Hulk, Luke Cage, Doctor Extraño, Valkiria y Halcón Nocturno. Una panda que tenían que hacer frente a todo tipo de amenazas, algunas, bastante, digamos, hijas de su época. ¿No me creen? La primera aventura que nos vamos a encontrar en este grueso volumen tendrá como enemigo a vencer a Tommy el Bailarín, un Fred Astaire de la vida que lidera un grupo de violentos macarras y robots. Casi nada.

Lo que viene a continuación puede llegar a destrozar la mente de cualquier aficionado a los comics que no esté demasiado familiarizado con el trabajo de un genio como es Steve Gerber. Verán, el grupo de malvados, Los Hombres Cabeza, intentarán hacer un trasplante de cerebro a Halcón Nocturno como parte de un plan para dominar la Tierra. A esta situación se le une otro tipo con malas intenciones, Nebulón, un extraterrestre que también pretende subyugarnos a base de seminarios para convencernos que somos payasos. Ni que decir tiene, Los Defensores intentarán parar todo esto como mejor saben: drogas para abrirnos las mentes, elfos armados hasta los dientes, hombres-pez con ínfulas de pensadores e, incluso, algún que otro presidente de los Estados Unidos.

Lo dicho, Steve Gerber en estado puro. Esto es sinónimo de una narración propia de los años 70, diálogos que pueden sonar “algo” artificiales, textos reiterativos y surrealismo en cada viñeta. Pero claro, todo esto es algo que encumbró al guionista hasta lo más alto, haciendo de toda esta locura su sello distintivo (si no, pueden echarle un vistazo a su Howard el Pato). Nada de esto sería lo mismo si en los lápices no estuviera un maestro como Sal Buscema, un dibujante que ha dejado su impronta en multitud de cabeceras, y siempre ha realizado un trabajo mayúsculo. Ayudado en algún momento puntual por Klaus Janson, Jim Mooney y Sam Grainger, el resultado no puede ser mejor. Este volumen supone el final de la etapa de Gerber, habrá que esperar para ver cuáles son las intenciones de Panini una vez que se estrene la serie televisiva. Porque, no lo duden ni por un momento, volveremos a tener noticias del grupo. Eso seguro.
[Grade — 8.00]