‘Marvel Collection. Investigaciones Factor-X Vol. 3: Los Rápidos y los Muertos’, la chispa mutante

Mutantes. ¿Qué sería de muchos de nosotros si no hubiésemos caído en sus manos cuando éramos unos tiernos infantes? En mi caso, al igual que en el de muchos aficionados, estos héroes de llamativos trajes y poderes alucinantes supusieron la puerta de entrada en el mundo de los comics, esos primeros pasos que se daban al interior de una tienda especializada y rebuscar en las estanterías algún título en el que dejarnos las pesetas que habíamos conseguido ahorrar entre paga semanal y desayunos perdidos en el limbo. La Patrulla-X siempre era una buena elección, una colección que tenía todos los elementos para que quedáramos enganchados durante una buena temporada. Cual sería nuestra sorpresa cuando esa cabecera empezó a multiplicarse y poco a poco se iban añadiendo grupos que nos encandilaban a base de bien. Uno de ellos, Factor-X, tenía algo especial, un planteamiento bastante curioso y la formación original de los X-Men. Casi nada. Panini recupera en su línea “Marvel Collection” la segunda etapa firmada por Peter David, el guionista que mejor supo combinar humor y acción con unos personajes delirantes.

Unas historias las contenidas en este ‘Investigaciones Factor-X Volumen 3: Los Rápidos y los Muertos’ que se deben ubicar tras uno de esos eventos que aglutinaban a todas las colecciones con una “X” en su título. En este caso tocaba “Complejo de Mesías”, un crossover de vital importancia en la historia mutante reciente y cuyas consecuencias de dejarán notar en el equipo de Madrox y los suyos. Un Hombre Múltiple que hace todo lo posible por mantener unido al grupo (hay que recordar que Rahne ha abandonado la formación, Layla se encuentra atrapada en el futuro y Rictor tiene que hacer un anuncio que caerá como una bomba) mientras que la relación entre Monet y Syrin avanza todo lo que puede teniendo en cuenta las circunstancias. David siempre ha sabido gestionar bastante bien las tramas y subtramas que maneja en sus guiones, algo que sigue demostrando aquí al igual que la caracterización de sus personajes, otro punto fuerte de sus tebeos. Solo hay que echar un vistazo a Val Cooper, la agente de la Oficina Nacional de Emergencia, cuya supervisión del grupo siempre está yendo de un polo a otro dejando al lector completamente descolocado sin saber qué ocurrirá al pasar la página.

Como se podrán imaginar, uno de los puntos fuertes del guionista de Maryland es el dinamismo de sus relatos, la cantidad de cosas que pasan por página es digno de mención, imposible aburrirse. Venga, todavía queda por ver el nuevo estatus de Mercurio y Layla, conocer a un mutante, Darwin, capaz de adaptarse a cualquier entorno en el que se encuentre, un arco que tendrá lugar bajo el sello “Invasión Secreta” y que contará con Hulka como invitada especial. Y enfilando la recta final, vamos a tener de vuelta a Longshot y una nueva amenaza, El Proyecto Karma, todo ello nos hará alcanzar una revelación que nos va a dejar con la boca abierta. Un volumen que nos confirma la maestría de David a la hora de hacer que sus colecciones se mantengan fieles a su estilo a pesar de verse envueltas en mil y un eventos. Y otra seña de identidad en las series guionizadas por PAD es el apartado gráfico, desarrollado por ilustradores que no son superestrellas pero cuyo trabajo no puede ser más adecuado para ese tono jocoso y chispeante tan característico. Nombres como los de Pablo Raimondi, Valentine De Landro, Larry Stroman o Vincenzo Acunza dejan constancia de su buen hacer y aportan su granito de arena para hacer de este nuevo volumen una lectura más que agradecida.

[Grade — 8.00]