‘Maldad Eterna: La Rebelión de los Villanos’, puro entretenimiento rodeado de villanía

Cada vez que hay un megaevento de esos que prometen remover los cimientos de este o aquel universo, parece haber una norma editorial no escrita, o quizás sí, por la que Marvel o DC publican un buen número de miniseries cuya relación, con la trama del mencionado crossover, puede llegar a ser muy escasa. Con la proliferación de este tipo de maniobras, los aficionados parecen estar más que atentos para no tener que dejarse los cuartos en productos que, muchas veces, dejan bastante que desear.

Le toca el turno a Maldad Eterna, el evento más reciente de DC en el que los villanos han ganado terreno y protagonismo en todas y cada una de las colecciones. Pero, tal y como se ha comentado un poco más arriba, llega el turno de algunos volúmenes para continuar o expandir un poco más la trama y de esta manera nos llega a las estanterías Maldad Eterna: La Rebelión de los Villanos (de momento, ya que próximamente será reseñado convenientemente otra historia de semejantes características).

Reconozco que teniendo en cuenta todo esto, el interés con el que me acerqué a este tebeo era, cuando menos, parco. Pero miren ustedes por donde, ¡sorpresa!, me esperaba por delante una lectura de lo más entretenida. También es cierto que los protagonistas de la miniserie, Los Rogues, encargados de hacerle la vida imposible a Flash, son uno de esos grupos que despiertan bastante “simpatía” entre los aficionados. Algo que queda perfectamente demostrado tras la lectura del volumen publicado por ECC.

El punto de partida no puede ser más interesante ya que cuando estos “villanos” regresan a su hogar, Central City, se la encuentran completamente arrasada, no solo por los acontecimientos de Maldad Eterna, sino también por una inesperada visita de Grodd. Con Flash fuera de circulación, Los Rogues se debaten entre intentar poner algo de orden entre tanto caos o aliarse con los miembros del Sindicato, artífices de toda esta destrucción.

El divertido guión escrito por Brian Buccellato contrasta a la perfección con las ilustraciones de gente como Andre Coelho, Patrick Zircher o, especialmente, Scott Hepburn, todo un descubrimiento ya que su estilo divertido y caricaturesco nos retrata todo el caos y destrucción de la ciudad a la vez que se marca unas escenas de diálogos memorables. Así que ya saben, si quieren disfrutar con una lectura amena y bien hecha desde la primera a la última página, vayan de cabeza a por este tomo.
[Grade — 8.00]