Aunque ya parece nos hemos librado de ese estigma de que los cómics son para niños hay una etiqueta de la que aún va a ser difícil liberarse: que éstos son solo ficción. Y aunque el género biográfico lleva años dando la palmada en la mesa, hay un género que en los últimos tiempos ha ido ganando peso, el cómic-ensayo. Los hay de todo tipo, como ‘Sex story‘ (poco hay que aclarar con este título) o ‘La increíble historia del vino‘, pasando por adaptaciones de bestsellers como ‘Sapiens una historia gráfica‘. ‘La palabra que empieza por A‘ llega para unirse, con un título perfecto para tratar algo que en muchas partes del mundo sigue siendo tabú, cuando no directamente delito. Me refiero por supuesto a la interrupción del embarazo, cuya única mención garantiza siempre la polémica.
Partiendo de referencias a uno de los grandes placeres del ser humano que no es como alguno ya estará pensando el sexo, sino el cine, que en más de una ocasión ha recurrido a un tema tan duro como este (y aún lo hace como la recientemente estrenada en cines ‘El acontecimiento‘, ganadora del león de oro del festival de Venecia, y de la que quizás se habría hablado en este cómic de haberse estrenado antes), ‘La palabra que empieza por A’ sabe arrancar con objetividad y respeto a los datos (de hecho hasta incluye una bibliografía). Aspectos sanitarios y jurídicos serán analizados en este libro, marcando además las diferencias entre interrupción del embarazo, interrupción voluntaria del embarazo y métodos anticonceptivos, a la par que se va desgranando historia, de Grecia y Roma a la actualidad, cediendo todo un capítulo a la historia del aborto en España desde las 7 partidas de Alfonso X.
Sin renunciar a explorar las implicaciones religiosas y morales, esta obra plenamente reivindicativa parte de dos principios básicos: ninguna mujer aborta por gusto y la clandestinidad forzada, fruto de la prohibición, solo consigue que la vida de la madre esté en peligro. A partir de aquí la presentación de decenas de casos particulares y puntos de vista: de pensadores, de médicos, de víctimas, algunos realmente sorprendentes y relativamente desconocidos (el de ese grupo que ayuda a mujeres a llegar a aguas internacionales para prestarles ayuda), otros más mediáticos (la lucha por los derechos en Argentina) en un viaje doloroso, pero real.
De la mano de Elizabeth Casillas e Higinia Garay, autoras de ‘Todas nosotras‘ (del que el cómic que nos ocupa es heredero espiritual, al contar el testimonio de varias mujeres en uno de los países de legislación antiabortista más dura, El Salvador),’La palabra que empieza por A’ aboga por un estilo desencarnado. Con fuertes ecos legerianos y un aire cartelista, fruto de su sencillez compositiva y una bicromia que suma al blanco y negro un rosa eléctrico (con alguna salvedad en forma de sus contadas hojas a color), su apartado visual se adapta perfectamente a una obra que es pura lucha, pero sin renunciar a la amenidad e incluso a una pincelada de humor. Un cómic que da para el debate largo y tendido, entre lo incómodo y lo sorprendente. Pero sobre todo un cómic necesario.
La palabra que empieza por a
- Autores: Elizabeth Casillas e Higinia Garay
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 144 páginas
- Precio: 17 euros