La carrera de Chris Claremont tocó techo gracias a su larga etapa al frente de las colecciones mutantes que duró 17 años, casi nada. Mayor mérito se le puede dar si tenernos en cuenta lo que duran los autores hoy en día al frente de cualquier cabecera, ya sea en Marvel o DC. Fueron muchos tebeos escritos por el londinense, muchas historias que son consideradas clásicos, se adueñó de unos personajes para poder llevarlos a su terreno, convirtiéndolos en el punto de referencia de la industria.
Entre toda su obra no solo vamos a encontrar series mensuales ya que hay algunos proyectos más autocontenidos, como este ‘Dios Ama, El Hombre Mata‘, que consiguieron llamar la atención de todo el mundo. Enmarcado bajo la etiqueta de Novela Gráfica, la obra que recupera Panini 30 años después de ver la luz, tocaba temas ya tratados en la colección regular, pero se le dio una magnitud bastante más elevada ya que los editores sabían del potencial del producto y viendo los resultados y la acogida que tuvo, no se equivocaron.
En esta ocasión, el enemigo a vencer era un movimiento religioso nacido recientemente y cuyo motor era el odio incondicional hacia la población mutante. Una ideología extrema la que predicaba su líder, William Stryker, basada exclusivamente en los textos bíblicos, que adaptaba a su conveniencia para poder machacar a Cíclope y los suyos ya que si los mutantes no aparecen en La Biblia deben tratarse de seres demoniacos. Una teoría bastante simple cuya única finalidad es intentar justificar los terribles actos que piensan cometer.
Una premisa que Claremont ya había utilizado alguna que otra vez pero que en esta ocasión le daba una vuelta de tuerca ya que La Patrulla se las tendría que ver con personas corrientes, gente de a pie que, cegados por el discurso de Stryker, abogarían por la total erradicación de la raza mutante. Para terminar de liar las cosas hay que añadir la presencia de Magneto, defensor a ultranza del homo superior y siempre luchando contra el odio que su raza sufre constantemente.
La historia ideada por Claremont se convierte en una de las críticas más afiladas que se ha visto en un tebeo y cuyo objetivo es toda forma de fanatismo: racismo, xenofobia, intolerancia y, por supuesto, la maleabilidad de una sociedad siempre dispuesta a ser engatusada al escuchar unos cantos de sirena. Una obra que el tiempo ha tratado más que bien, no solo por el buen hacer del guionista sino también por el gran trabajo de Brent Anderson que aquí firma, el que posiblemente sea, la mejor obra de toda su carrera. La edición que Panini nos trae viene acompañada de una serie de extras de los más interesantes donde se nos narra todo el proceso de producción de la novela gráfica. Imprescindible.
Marvel Gold La Imposible Patrulla X: Dios ama, el hombre mata
- Autores: Chris Claremont y Brent Anderson
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 96
- Precio: 12,00 euros
Para mi seria todo lo contrario si existiera mutantes seria el fin de las religiones
Puede que en su tiempo fuera muy transgesor, pero en el país donde la revista el Jueves puede sacar una portada con el Papa ya es tema muy visto, a veces demasiado.
¿Quereis que os hable sobre el fanatismo? Muy bien, pues si queréis saber que hay decir para poner fin al fanatismo hace falta estos valores: CONFIANZA, SENSATEZ, HUMILDAD, COMPASIÓN, PACIENCIA y COMPRESIÓN. Estas son las claves para vacunarse de fanatismo, y esto es algo que no lo podréis aprender en ningún cómic tipo «Predicador».
Por cierto..¿alguna vez no habéis pensado que los mutantes pueden ser usadas como una analogía de la burguesía? Los antimutantes los temen y los odian porque piensan que si tienen más poder lo usará para aprovecharse de los más débiles, del mismo modo que el «proletariado» teme y envidia a los capitalistas por su mayor poder económico. Algunos empresarios son unos monstruos y unos canallas, no todos, pero a pesar de eso son declarados objetivos de los «amigos de la humanidad».
Por cierto, que los cómics están muy bien, pero también hay que dedicar un rato a la realidad y preocuparse por la condena a muerte de Asia Bibi, pero claro, supongo que la nueva Ms Marvel no hablará de la ley antiblasfemia de Pakistan, su patria natal.