'La gata de Barbanegra', un felino muy pirata

Tenemos que admitirlo. Es muy, pero que muy original. No se lo podemos negar. Y al no hacerlo, al no negarle esa originalidad, es casi inevitable claudicar ante otra sentencia: que este ‘La gata de Barbanegra’ es una lectura la mar de entretenida con la que José Follonosa se las ha apañado para seguir hablando de su animal favorito —el gato, por si la trayectoria del autor os hace albergar alguna duda al respecto— en un entorno que se aleja de las cuitas diarias de vivir con un felino en casa y que tira del relato de aventuras en alta mar con banderas negras de por medio para terminar alzándose como digno heredero de la mejor tradición de Robert Louis Stevenson. Porque, más allá de que venga narrado por la que terminará siendo mascota del barco de Edward Teach, y de que, de manera puntual, se introduzca alguna pequeña anécdota en torno a la gatita en cuestión, ante lo que estamos aquí es una historia de piratería tan válida y bien hilvanada como la que más, dejándose notar de forma muy evidente durante su extensión que tanto Follonosa como Sergio S. Morán han hecho muy bien sus deberes y que, con la excusa de meter a una gata a bordo de un bergante pirata, han conseguido hilvanar, de manera bastante sólida, parte de las andanzas del temido y despiadado filibustero de los mares del Caribe logrando, a la par, dar con abundantes notas de originalidad en su discurso.

Para aquellos cuyo contacto con el mundo pirata se haya limitado a la saga de Jack Sparrow —un personaje que, por si no lo sabéis, está inspirado parcialmente en Barbanegra— y que quieran algo más que lo que pueden ofrecerle las cinco producciones que Disney ha puesto en pie hasta la fecha, este volumen y el que la propia Grafito Editorial ponía a nuestra disposición hace unos meses —la espléndida ‘La taberna de los corsarios‘— conforman un espléndido díptico con el que acercarse, de manera algo distinta, al fascinante mundo de los bucaneros. En lo que a ‘La gata de Barbanegra’ respecta, dicho acercamiento se salda con un relato de ritmo espléndido, plagado de detalles reales que, insertos con precisión en el cuerpo de la historia, sólo hacen aumentar el interés creciente que va despertando la lectura conforme despliega sus muchos encantos. Además, la simpatía e ironía que derrochan los apuntes hechos por boca de la gata, la alternancia entre desarrollo de personajes y escenas de acción y el vibrante y enérgico trazo de Follonosa, completan un volumen que, no os quepa duda, hará las delicias de aquellos que, en algún momento de vuestras vidas, hayáis sentido la brisa marina y la sal del mar golpeándoos vuestros curtidos rostros mientras llevabais a una dudosa tripulación a la gloria de la conquista de los mares caribeños. Si sois de esos, no lo dudéis, ‘La gata de Barbanegra’ debe ser vuestra a toda costa.