Mark Millar es un puñetero genio —algo de lo que él es plenamente consciente o no habría titulado su autobiografía de próxima aparición ‘The Man with the Golden Brain’—. Y lo es por una sencilla razón en la que servidor no había caído hasta que hace pocos días hablando con Mario, mi elocuente compañero apostilló “…si es que Millar siempre escribe la misma historia…”. Lo que en principio tomé como una afirmación baladí hecha con la sorna que suele acompañar a las aseveraciones de mi querido amigo, se quedó ahí dando vueltas hasta que revisé para la ocasión el tomo que hoy nos ocupa —que ya había leído mes a mes en su edición en grapa yanqui— y pude constatar cuanta verdad residía en tan alegre comentario: más allá de su personal y muy reconocible manera de escribir, casi todas las historias de Millar, por no decir todas —acaso cabría no meter en el saco a la magnífica ‘Chrononauts’—, son una y otra vez reinterpretaciones, reimplementaciones y nuevas lecturas sobre el mito del superhombre tal y como lleva analizándolo el mundo del cómic desde que Jerry Siegel y Joe Shuster parieran a Superman en 1938.
La genialidad de Millar —la genialidad suma— es saber apañárselas para, con cada nueva colección que se saca de la chistera, vestir la idea base con tanta habilidad como para que volvamos a babear por el despliegue de talento y nos descubramos de forma obligada ante la brillantez con la que el guionista es capaz de reinventar la rueda una, otra y otra vez. De hecho, me atrevería a afirmar sin ningún temor que TODO aquello a lo que escocés ha dado salida en su ‘Millarverse’ es de lectura obligada e imprescindible no ya por los amantes del cómic de superhéroes, sino por aquellos que en su momento lo dejaron agotados como estaban de la parquedad de ideas de que el “género” hacía gala en los universos de DC y Marvel.
Y como muestra, este inmenso botón que son los cinco números de ‘Jupiter’s Legacy’, una serie que por su estructura, ha dado pie a Millar para ir dando salida a un espléndido spin-off llamado ‘Jupiter’s Circle’ con el que ir saciando las ansias de los lectores de saber más de este alucinante universo que el guionista construye aquí a la espera de que el gran Frank Quitely termine las páginas del segundo volumen de la cabecera madre. Porque, y esa es otra característica que siempre hay que considerar a la hora de sopesar la grandeza de los proyectos de Millar, no hay cómic suyo que no cuente con un dibujante a la altura de las circunstancias.
Duncan Fegredo, John Romita Jr. Steve McNiven, Dave Gibbons, Leinil Francis Yu, Sean Muprhy, Goran Parlov y Rafael Albuquerque son los nombres que hasta ahora han ayudado a Millar a la paulatina construcción de su particular universo tebeístico. Ante tamaño despliegue de talento sólo cabe asombrarse por el poder de atracción que surge de trabajar junto al escritor, algo muy comprensible si consideramos que la mayoría de sus tebeos contarán con adaptación cinematográfica en un futuro próximo y los royalties que eso significan no son, como suele decirse, moco de pavo.
Consideraciones económicas a un lado, centrándonos en lo estrictamente artístico y devolviendo nuestra atención a ‘Jupiter’s Legacy’, es comenzar a dar cuenta de las asombrosas páginas de Quitely y ser conscientes de por qué el británico está considerado uno de los mejores artistas con los que cuenta el medio hoy por hoy: concretando la mayoría de ellas a través de viñetas alargadas en formato panorámico —una estructura que deja sitio aquí y allá a sutiles alteraciones y al impacto que provoca la aparición de las ilustraciones completas— el talante cinematográfico que adquiere la narrativa secuencial de Quitely es el que mejor sienta a la fuerte personalidad épica que se desprende de la historia de Millar, y la conjunción de ambos factores, dibujo y guión, conforma un todo de una solidez superlativa que asombra una y otra vez a todos los que alguna vez hayamos pensado que en el cómic de “supertipos” ya está todo dicho.
Por si en cualquiera de sus trabajos anteriores no hubiera quedado ya bastante claro, Millar vuelve a sentenciar con ‘Jupiter’s Legacy’ que nada más lejos de la realidad, que mientras su “cerebro de oro” siga funcionando como lo ha venido haciendo hasta ahora, la última palabra en cuanto a hombres y mujeres con poderes extraordinarios que hacen cosas extraordinarias la tendrá él. Y nosotros tan felices de que así sea.
Jupiter’s Legacy
- Autores: Mark Millar y Frank Quitely
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 136 páginas
- Precio: 14,25 euros en