‘Juggernaut: Imparable’, los nuevos noventa

Tanto Fabián Nicieza como Ron Garney brillaron con luz propia durante la aciaga década de los noventa, cada uno en su parcela (guionista e ilustrador) desarrollaron trabajos que mantuvieron cierto nivel de esperanza entre los sufridos aficionados que huían aterrados ante los novedades que se iban sucediendo mes tras mes. Resulta llamativo el ver un trabajo firmado por ambos autores para la franquicia mutante y publicado en pleno 2021, una miniserie de un villano bastante carismático y que en el pasado gozó de bastante peso dentro de las cabeceras X. ‘Juggernaut: Imparable’ supone el regreso por todo lo alto tanto del personaje como de dos nombres propios dentro de la industria. Aunque siendo justos, ninguno se fue completamente. Lejos queda aquella visión del imparable hermanastro de Charles Xavier, una mole devastadora que con tantas luces como matices (pocas, la verdad) hacía todo lo posible por complicar la vida a los Hombres X. Bien es cierto que a lo largo de los años todo esa simpleza ha ido evolucionando hasta conseguir retratar a un tipo más atractivo de cara a la galería de malosos. 

La última vez que tuvimos noticias de nuestro querido tanque humano fue durante la etapa guionizada por Matthew Rosenberg en la que terminó aterrizando en el limbo para que Magik le arrebatara la gema Cyttorak. ¿Qué pasó después con el bueno de Cain Marko? Es aquí donde cobra importancia el presente volumen. Nicieza, perro viejo en esto de los tebeos, se las apaña de maravilla para, en cinco grapas USA, contarnos la actual situación del personaje teniendo en cuenta todo el entramado orquestado por Jonathan Hickman. Nuestro Juggy, al no ser mutante, tiene prohibido el acceso a la nación de Krakoa, algo que le obliga a tener que buscarse un trabajo para poder vivir. La naturaleza de sus poderes le deja poco donde elegir por lo que su nuevo puesto en “Control de Daños” parece ser el sitio ideal para alguien como él. La organización encargada de limpiar y restaurar las zonas devastadas por los enfrentamientos entre seres con poderes han encontrado en Marko un método infalible para terminar de derruir los edificios que se han quedado a medio caer. Resulta más que evidente que, esta trama, no es la única que vamos a disfrutar. Se espera algo más de Nicieza.

Alternando líneas argumentales del pasado con el presente, conoceremos a D-Cel, una chica que se mueve por las redes sociales como pez en el agua y cuyo poder para rebajar la energía cinética de las cosas va a resultar imprescindible para la nueva situación de Juggernaut. ¿Héroe? ¿Villano? Nuestra mole favorita parece resistirse a ser considerado un defensor de lo bueno por lo que el debate está servido. El guionista de Buenos Aires hace todo lo posible por restar algo de seriedad al asunto y no serán pocas las situaciones cómicas que se establecen entre ambos personajes. Algo de agradecer ya que se evita caer en el típico relato de intercambio de súper tollinas, vamos, que también las hay, de hecho por las páginas del tomo van a desfilar otros grandes nombres como Hulk o Arnim Zola para proporcionar la acción suficiente de cara a los lectores más peleones. El trazo sucio, suelto y dinámico de Ron Garney se torna como el complemento perfecto a los divertidos guiones de Nicieza, facturando escenas de acción que son una delicia. Se permite el lujo de alternar páginas a medio abocetar con otras de minuciosos detalles para deleite de un lector que puede llegar a pensar que está ante dos dibujantes distintos. Una serie que cumple con sus objetivos, ubicando al personaje dentro del nuevo esquema mutante, dejando muy buen sabor de boca y un final abierto que bien podría ser el prólogo de algo por venir. El tiempo nos dirá.

[Grade — 8.00]