‘Joker’, un maníaco de lujo

Si hay algo que como coleccionistas muchos envidiamos del mercado yanqui es la cantidad de diferentes ediciones a cada cual más atractiva —y cara, claro está— que las editoriales americanas hacen de sus tebeos más granados —y de muchos que no lo son tanto—. Práctica que ha terminado poniendo en entredicho continuar publicando grapas de forma mensual, los tomos recopilatorios en tapa blanda, en tapa dura, en formato Absolute u Omnibus, los Artist Edition que reproducen las páginas a tamaño natural escaneadas directamente de los originales de los dibujantes…todo un universo al que el mercado español siempre ha estado más o menos ajeno pero al gracias a ECC y a Panini cada vez resulta más fácil asomarse de mano de ediciones como la que hoy nos ocupa, un tomo cuidadosamente pensado, con tapas de grueso cartón en blanco y negro, páginas de buen gramaje, estupendos extras y una cubierta de geltex transparente en la que se ha impreso a todo color la desagradable sonrisa del Joker tal y como la imaginó Lee Bermejo para este singular cómic que es ‘Joker’.

Aparecido por primera vez en Estados Unidos para coincidir con el estreno en 2008 de ‘El caballero oscuro’, la versión que Brian Azzarello y el artista concretan aquí del archienemigo de Batman tiene mucho que ver con la que veíamos dirigida por Christopher Nolan en la asombrosa actuación de Heath Ledger. En ambos casos, filme y tebeo, el Joker que encontramos es una fuerza del caos imposible de controlar cuyas acciones nunca tienen un motivo que una mente lógica pueda entender. De hecho, para potenciar éste aspecto de uno de los mejores villanos que ha parido el tebeo estadounidense, la cuota de genialidad que Azzarello siempre imprime en sus tebeos queda cubierta en parte por la inclusión de Johnny Frost, un matón de tres al cuarto que tras recoger al Joker a la salida del Asilo Arkham después de que éste haya convencido a sus «cuidadores» de su perfecta salud mental, se verá envuelto en una espiral de violencia cruenta y sin sentido mientras el payaso de Gotham recupera palmo a palmo «su ciudad».

Probablemente la visión más bestia que hayamos visto del Joker plasmada en viñetas, el resto de esa citada cuota de genialidad a la que hacía referencia se completa, obviamente, por la asombrosa descripción que Azzarello hace del protagonista, por ese traslado a una versión algo más «realista» que se efectúa de algunos de los villanos de la galería de Batman —genial lo que lleva a cabo con Croc y el Acertijo— y por el tono umbrío y pletórico de crudeza negra con el que se imprime toda la narración. Ahora bien, si grande es el trabajo de Azzarello, y espléndida es la aportación que hace aquí el guionista de ‘100 balas’ a la que me atrevería a apuntar como la mejor historia del personaje junto a ‘La broma asesina’, aún más lo es lo que podemos ver de mano de un Lee Bermejo que, literalmente, se propone «volarnos los sesos» a cada nueva página.

El estilo crispado del dibujante, caracterizado por la superabundancia de líneas con las que define a los personajes juega aquí, junto al ESPECTACULAR tratamiento cromático cuajado por Patricia Mulvihill, a crear una suerte de meta-lectura que recoja ese psicótico e imprevisible carácter del personaje en unas páginas en las que los constantes cambios de acabado nunca responden a una splash-page con la que epatar al lector o a un momento concreto que resaltar. Tan aleatorio protagonismo de la vertiente «pintada» de la novela gráfica es el que termina por dar al soberbio trabajo de Bermejo el empujoncito que le falta para que, desde un punto de vista estrictamente visual, podamos calificar a ‘Joker’ como sobresaliente. Bien es cierto que con sus posteriores trabajos en solitario, ya en la magistral historia con ‘Batman’ ya en su actual y muy —pero que muy— recomendable serie para Vertigo, el artista ha seguido superándose a cada página; pero es incuestionable que con lo que aquí conseguía daba un salto de gigante con respecto a lo que le habíamos podido leer hasta entonces, posicionándose como uno de los mejores dibujantes que, hoy por hoy, puebla el nutrido mercado U.S.A.