‘Flash Carrera por la Humanidad’, Millar y Morrison calientan motores

ECC Ediciones mete la directa en su labor a la hora de recuperar material protagonizado por el velocista escarlata más veloz del Universo DC. Ha optado por empezar con etapas memorables como son las de Mark Waid, Geoff Johns o esta, escrita a cuatro manos por Grant Morrison y Mark Millar. Unos tebeos que tienen ya unos cuantos de años a sus espaldas, hay que tener en cuenta que vieron la luz a finales de los noventa, y aún así, han envejecido bastante bien, siendo una lectura más que entretenida, llena de situaciones alocadas y giros inesperados. Es lo que tiene juntar a dos buenos guionistas.

La estancia de Mark Waid al frente de la colección de Flash se prolongó casi cien números, sin embargo, la cadencia mensual se vio interrumpida debido a compromisos profesionales del autor. Nada preocupante ya que los tebeos recogidos en este ‘Flash: Carrera por la Humanidad’ son los que aparecieron durante la ausencia del de Alabama, acercando un poco más a Millar y a Morrison al estrellato. Cuatro sagas fueron el resultado de la colaboración entre estos dos genios de los guiones, haciendo y deshaciendo a su antojo, escarbando en la mitología del personaje y dándole un protagonismo absoluto a las posibilidades de la Fuerza de la Velocidad.

Uno de los puntos fuertes de este volumen es la historia “Parada de Emergencia’, un relato en el que Max Mercury y Jay Garrick descubren el cadáver de Flash, un crimen en el que se tendrán que emplear a fondo si lo quieren resolver ya que tan solo cuentan con sesenta minutos para ello. Lo que a simple vista parece una trama bastante simple que será resuelta a las primeras de cambio va complicándose poco a poco y no faltarán ni viajes en el tiempo ni un traje que tendrá vida propia. Casi nada. El resto del tomo se completa con otros momentos que permanecerán en la memoria del lector por mucho tiempo, como pueden ser la suerte de Alicia en el País de las Maravillas que se sacan de la chistera los dos escritores o, y esto sí es marca de la casa, el romperle las piernas al mayor velocista del mundo.

Pero que nadie se vaya a llevar un chasco, el aspecto gráfico de este volumen es el característico de aquella época, esto es, mucha corrección narrativa y escasa o nula espectacularidad. ¿Es esto malo? Para nada, pero hay que saber que gente como Paul Ryan, John Nyberg, Ron Warner, Paul Pelletier o Pop Mhan no son famosos por su riesgo a la hora de componer páginas, pero nadie puede negar su pericia a la hora de dar un aspecto final a sus tebeos bastante agradable y correcto. Lo que no hay que perder de vista en ningún momento es la dupla Morrison/Millar, que aunque estemos ante un trabajo primerizo (en DC, por lo menos) no deja de ser una lectura notable.
[Grade — 8.00]