Si hubo un protagonista claro en todo lo que montó DC alrededor del ‘Rebirth’ más allá de cierta chapa de smiley manchada de sangre, ese fue, sin lugar a dudas, Flash. Es más, es que las páginas dedicadas a traer de vuelta a Wally West que podían leerse en el especial que devolvía al universo de Superman y Batman a la «normalidad» después de los cinco años en los que se había visto sometido a ese fallido experimento que fueron las Nuevas 52, eran de las más emotivas que este redactor recuerda haber leído en un cómic de superhéroes en muchísimo tiempo, y el reencuentro entre Barry Allen y su sobrino putativo sigue resonando, tres años después, con una fuerza que casi me atrevería a decir que no se ha superado ni siquiera en lo mejor que hayamos podido leer de la editorial desde entonces.
Entregados pues a lo que la nueva encarnación de ‘Flash’ tuviera que ofrecernos, máxime cuando iba a caer en manos de Joshua Williamson —del que personalmente me considero muy fan tan sólo por su magnífico trabajo en la ‘Birthright’ de Image—, he de admitir, para situaros en contexto, que de todo lo que leo mensualmente de DC desde que las cabezas pensantes de la editorial tuvieron a bien darse cuenta de que ya era hora de volver a poner las cosas en su sitio, las aventuras del velocista escarlata se sitúan a la cabeza sólo por detrás de ‘Detective Comics’. Considerando el cuantioso puñado de títulos que pasan por mis manos cada 30/31 días, que la serie este en tan buena posición habla por sí sólo del soberbio trabajo que Williamson, guionista hábil como él sólo, lleva haciendo en tres años en los que ha sido capaz de poner en pie 71 números de la colección —la periodicidad de ‘Flash’ al otro lado del charco es quincenal—, sacándose de la chistera varios trucos de prestidigitador de altura.
El primero de ellos, que podemos encontrar en este volumen con el que ECC comienza a recopilar la serie para aquellos a los que, como servidor, nos gusta lucirla en nuestras estanterías en glorioso cartoné, ya afirma con contundencia acerca de la forma en la que Williamson ha ido engarzando acontecimientos y construyendo, a lo largo del tiempo que lleva al frente del personaje, un universo compacto que se retroalimenta constantemente de hechos acaecidos con anterioridad para ir replanteando los caminos por los que va discurriendo. De hecho, si algo hay que aplaudirle al escritor es que en ese trabajo por mimar la continuidad, haya sabido ofrecernos, una y otra vez, ideas que no resulten manidas o tengan regusto rancio, algo a lo que otros puntos cardinales de la editorial sí se han visto abocados.
Siendo menos generalistas y centrándonos en los ocho números aquí contenidos, el que una tormenta cargada de la fuerza de la velocidad se desate sobre Central City, otorgue a muchos de sus ciudadanos poderes de velocista, permita a Flash servir de mentor a muchos de ellos y nos traiga a un villano cuyo sólo nombre, Godspeed, ya acojona, es uno de esos puntos de partida sobre los que no sería exagerado afirmar que no pueden ser aplaudidos lo suficiente y que, vistos en retrospectiva, sabiendo lo que acarrean para lo que está por venir en la colección, resultan aún más portentosos.
Dicho epíteto, el de portentoso, es aplicable casi con la misma intensidad al titánico esfuerzo que hace Carmine Di Giandomenico por no faltar a una cita quincenal que se impone como meta inalcanzable para que un sólo dibujante pueda hacerle frente. De hecho, si bien esta periodicidad ha permitido que las historias de Superman, Batman y Flash avancen a velocidad de vértigo desde el ‘Rebirth’, resulta muy obvio que, como contrapartida, hemos perdido en lo que a compacidad visual se refiere, algo que en el caso de la colección que nos ocupa se ha sabido suplir echando mano de un puñado no muy amplio de artistas que, con la potente personalidad de Di Giandomenico, el siempre recurrente Scott Kolins o un muy reinventado Howard Porter a la cabeza, han conseguido dotar a ‘Flash’ de una inequívoca imagen.
A tenor de todo lo anterior, y resaltando de nuevo que, de la considerable oferta actual de DC, ‘Flash’ se coloca sin esfuerzo en una segunda posición —en la que, cuidado, servidor también metería, ex aqueo, a la actual encarnación de ‘Liga de la justicia oscura’— no es necesario tener que recurrir a un consabido «a qué estáis esperando para haceros con este tomo» o al también más que utilizado «no sabéis lo que os perdéis si dejáis de lado a ‘Flash'». En lugar de tirar de tan recurrentes sentencias, confiaré en vuestro buen criterio y en que, a estas alturas, habréis sido vosotros, sin ayuda de nadie, los que hayáis descubierto que, salvando instantes de las etapas de Mark Waid o Geoff Johns, el hombre más rápido del mundo nunca ha sido tan veloz en ganarse nuestras más rendidas simpatías.
Flash 1. El relámpago cae dos veces
- Autores: Joshua Williamson, Carmine Di Giandomenico et al.
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 216 páginas
- Precio: 20,90 euros en