Fandogamia y el humor: ‘Oglaf’ y ‘Amado líder’

Si algo fluye como el agua de todos y cada uno de los correos mensuales que el editor de Fandogamia nos hace llegar a los responsables de prensa de los medios eso es, de una parte, cariño, mucho cariño por todo lo que la editorial publica y apuesta y, de la otra, humor, un HUMOR que, no exagero, me ha hecho reír a carcajadas en más de una ocasión. No es casualidad pues, que, dentro del esquema de novedades de la editorial, el tebeo de humor haya estado presente desde sus primeros pasos y, a día de hoy, son muchos los títulos que, encajados dentro de la comedia, trufan el catálogo de Fandogamia. Si sois fieles seguidores de esta vuestra página, sabréis que no han sido pocas las ocasiones en que algunos de dichos títulos han terminado por aquí y que, de hecho, ya aprovechamos la salida del primer volumen de ‘Oglaf‘, allá por finales del 2020, para dejaros nuestras impresiones sobre un tebeo que gastaba muy, pero que muy poquísima vergüenza. Y así sigue…

Este segundo volumen de la creación de Doug Bayne y Trudy Cooper continúa por las mismas veredas que su predecesor, esto es, una propuesta que, como dijimos en su momento «asienta bien sus raíces en la fantasía heróica pasada por un nada desdeñable tamiz rolero/lúdico y, por si todo eso no fuera suficiente, le añade dosis desmedidas de sexo muy loco«. Tanto es así, que en aquellas líneas que dedicáramos al primer tomo de la serie, quedaba claro por lo que apuntábamos sobre su premisa de partida que ‘Oglaf’ es de todo menos seria:

(…) algo obsesionado con el sexo —y con pajearse a todas horas— Oglaf tiene un pequeño problema con su semen…que éste cobra vida nada más expulsarlo y tiene la mala costumbre de ir a chivarse de las prácticas onanísticas del protagonista a la tirana dominatrix que gobierna en el castillo donde sirve.

‘Oglaf vol.1’, ¿fantasía heróica, sexo y humor?

Bajo esa misma idiosincrasia, y continuando con la alternancia entre cierto hilo conductor y páginas que nada tienen que ver con nada, hemos de confesar que este segundo volumen de ‘Oglaf’ se nos ha quedado algo corto. Sí, hay instantes desternillantes como aquel en el que la lefa del protagonista va de una página a otra para estrellarse contra los voluptuosos senos de una curvilínea fémina. Pero lo cierto es que nos atreveríamos a afirmar que la idea de los autores no da para mucho más y que en lo que aquí encontramos ya se advierten esquemas reiterados e ideas que nos suenan demasiado.

Bastante más inspirado que Bayne y Cooper está Carles Ponsí y este ‘Amado Líder‘ con el que el artista español se mofa, a placer, no sólo de aquél que gobierna con mano férrea los destinos de los habitantes del régimen de Pyongyang, sino de cierto ex-presidente estadounidense con un severo problema capilar. Utilizando la sátira más cruel, cínica y desmedida posible, Ponsí arremete contra la demencia que parece gobernar las decisiones de un niñato con ínfulas de Dios cuyos antojos, peregrinos como ellos solos, son ridiculizados aquí con, por ejemplo, un peluche que es el «mejor amigo» de este «amado líder».

Garantizadas las risas por las burradas que se le van ocurriendo a Ponsí en el transcurso de la lectura y por la búsqueda del golpe de efecto en no pocas de las «tiras» que conforman el tomo, ‘Amado Líder’ funciona —aunque las comparaciones sean tan odiosas como queráis— muchísimo mejor que ‘Oglaf’ aunque, en términos visuales, el dibujo de éste último este algo por encima del de nuestro artista. Cuidado, no os llevéis a confusión, que esa afirmación sólo valora el dibujo per se, no su maridaje con las intenciones de la idea, funcionando aquí tan bien tanto uno como otro volumen. Así que, ya lo sabéis, si queréis pasar un rato de risas, ocasionales carcajadas y de admirar, como debe ser admirado, el buen humor, Fandogamia tiene la respuesta a vuestros anhelos.