‘En otro lugar, un poco más tarde’, ¿ein?

Los años, la experiencia, la madurez y las miles de lecturas que han pasado por mis manos desde que comencé a escribir acerca de cómics, han ido tallando, puliendo y limando al redactor que soy hoy en día. Uno que ha dejado atrás las asperezas del pasado y la vehemencia de pretéritos y encendidos discursos que no se amedrentaban ante ninguna circunstancia si tenían que poner a parir a este o aquel tebeo y que, con más empatía y un mejor conocimiento de todo lo que rodea a la producción de un volumen, prefiere optar por un análisis mesurado y ofrecer conclusiones honestas y calmas antes que llenar sus líneas de exacerbados epítetos que, en última instancia, estén completamente vacíos de contenido.

Bajo esa perspectiva de plena sinceridad, he de comenzar afirmando sobre ‘En otro lugar, un poco más tarde’, la última obra de David Sánchez que ha publicado Astiberri, que no me he enterado absolutamente de nada. Entiendo que ese es, probablemente, el objetivo primero y último del autor, y también que, como apunta Manuel Bartual en el texto que adorna la contraportada del libro, es este un título que juega a varios niveles y que, en uno de esos, está el confundirnos, el colocarnos en una posición incómoda y el dejarnos con un palmo de narices sin ofrecernos más que una palmadita en la espalda y una sonrisa «pillina» que parece querer decirnos, así en voz baja sin que nadie lo escuche «ya lo entenderás».

Lo frustrante, claro está, es que uno quiere entenderlo ahora y adosar a esas viñetas claras, limpias y pulcras que tan bien caracterizan el estilo de Sánchez un mensaje, el que sea, para que la lectura de estas poco más de ochenta páginas no se salde con un bufido de desesperación y una expresión de estulticia extrema en nuestro rostro. Lamentablemente, ese es el resultado del paseo por unas planchas de la que nada se puede decir porque, sinceramente, es que ni siquiera se puede montar un amago de sinopsis. Y así, con esa sensación tan agridulce y el «¿ein?» del titular en la boca, hemos de terminar no sin antes apuntar algo muy obvio: lo que aquí hemos dejado es la muy particular opinión de un muy particular lector que, por supuesto, es tan subjetiva como personal y no vinculante. Dicho de otra forma, que igual que yo me he quedado a dos velas, tú, sí tú, puedes sacar de este tebeo una experiencia espiritual de grado máximo. Y ante esa opción, ¿voy a cerrar desalentándote a adquirir ‘En otro lugar, un poco más tarde’? Para nada…