‘El show de Albert Monteys’, señor de la risa, maestro de la carcajada, genio del humor

Desaparecida y dada por «muerta», parece que ‘Orgullo y satisfacción’ quiere seguir dándonos alegrías a los que fuimos sus suscriptores —y a los que no lo fueron también, claro— con volúmenes recopilatorios de lo mejor que vieron sus páginas durante los tres años que el invento dio de sí. Y si a principios de febrero os traíamos por estas mismas líneas el ‘Grandes éxitos’ que ¡Caramba! destinaba a recoger lo más granado de dicho período de tiempo, hoy dedicamos nuestro espacio a ‘El show de Albert Monteys’, el volumen con el que la casa comandada por Manuel Bartual y Alba Diethelm ha reunido bajo unas mismas tapas todas las tiras que el artista catalán publicó a lo largo de treinta y seis meses. Unas tiras que, sin desmerecer a lo que sus compañeros llevaban a cabo, eran lo mejor de la revista junto a los chistes de ‘Se abre el telón’ de Manel Fontdevilla…al menos en lo que a la opinión de este redactor se refiere.

De carácter semi-autiobiográfico, si servidor ya se echó sus buenas carcajadas leyendo mes a mes las ocurrencias de Monteys —aunque no todo fueron risas, que con motivo de los atentados de Barcelona o las elecciones de octubre, el artista se puso serio y reflexionó con suma elocuencia sobre tales acontecimientos—; ahora, habiéndome leído el volumen de una sentada, he podido comprobar la inmensa validez de algunos de los chistes aquí enhebrados, llegando a las lágrimas incontenidas, al dolor abdominal y a la presión en las sienes en instantes como el que el dibujante dedica a poner en imágenes el proceso de autoconvencimiento por el que pasamos todos los coleccionistas cuando hemos de enfrentarnos a la dura realidad de que no podemos tenerlo todo.

Leer esas páginas —por si alguien se lo está preguntando, las cuatro que van de la 98 a la 101— y verme reflejado punto por punto hizo que me diera tal ataque de risa que hasta mi esposa y mi hija se contagiaron cuando intentaba contarles el por qué de mis sonoras carcajadas. Como quiera que no fueron las únicas —sí las más ruidosas, pero no las únicas— huelga decir que lo que aquí cabe encontrarse es de lo mejor que ha dado el humor gráfico español en el último lustro, y si a eso encima le sumamos la genialidad que destila Monteys a los lápices —en breve os traeremos esa OBRA MAESTRA que es ‘¡Universo!’— de lo que estamos hablando, sí o sí, es de un tomo de adquisición y lectura obligada para todo tebeófilo que se precie. Dejarlo pasar es un crimen que debería estar tipificado en el código penal. En serio.