‘El pequeño libro del Rock’, reducido en tamaño, que no en contenido

Siempre he huido, por su parcialidad, de aquéllos libros que, bajo señas de identidad como «Las 100 películas que tienes que ver antes de morir» o títulos parecidos, quieren convertirse en guía para los no iniciados en el arte que sea. Bien es cierto que esa no parece ser la intención inicial de Hervé Bourhis en este ‘El pequeño libro del Rock‘, pero no deja de ser llamativo que, conforme uno va dando cuenta de sus ambiciosas páginas, y llega a la época del género musical que más o menos controla —entre mediados de los setenta y finales de los ochenta, cuando todavía el rock me decía algo antes de abandonarlo en favor de la música orquestal—, comience a echar en falta, y de manera bastante flagrante en algún caso, referencias más intensas a quiénes, quizá desde mi ignorancia, considero figuras fundamentales de la historia del rock.

Dejando de lado que, porque somos así, me gustaría haberme encontrado llegado el momento con más menciones a Queen, o con algo más que un apunte sucinto —y casi ridículo, la verdad— a Dire Straits, el libro que construye Bourhis es un muy ambicioso tratado sobre la historia del rock que aglutina nombres, fechas, hechos, vinilos, decesos y anécdotas mil sobre el género que gentes como Elvis, Chuck Berry, Michael Jackson o Nirvana llevaron en su momento a altas cotas de genialidad. Eso sí, tantísima es la información que recogen estas 280 páginas que, cuidado, es clara recomendación nuestra que su lectura se acometa con suma tranquilidad, avanzando un número limitado de planchas cada día para no terminar indigesto con la ingente cantidad de información que el francés ha logrado condensar en tan voluminoso libro.

De hacernos caso, podréis ir incorporando a vuestro acervo, poco a poco, aquellos datos más llamativos pero, no sólo eso, sino que tendréis la oportunidad de —en la mejor decisión que se toma desde un punto de vista creativo— ir sumando a vuestra biblioteca musical, la tengáis en el formato que la tengáis —ya sabéis, vinilo, cd, digital, en servicios como Spotify…—, la inmensa cantidad de referencias que Bourhis incluye a modo de exhaustiva playlist del rock. Tan exhaustiva, que salvo por alguna ausencia aquí y allá, uno se atrevería a calificarla como «la playlist definitiva del género», una que contiene todos los sub-estilos habidos y por haber y que, unida al resto de cualidades que encierra el volumen, hace de él un hito indispensable para los melómanos más acérrimos del rock’n’roll.