‘El Monstruo’, nada es lo que parece

Si todavía queda alguien que no termine de creerse la variedad que esgrime la editorial ECC en su catálogo, debería echarle un vistazo a los volúmenes, como el que hoy nos ocupa, que se suele sacar de la chistera y pilla desprevenido a más de uno. Un material que nadie espera ver publicado en nuestro país pero que, gracias a alguna cabeza pensante, termina por ver la luz y dando una alegría a los aficionados que buscan algo distinto, algo que les motive a apostar por unos comics que, a priori, no son tan atractivos como los protagonizados por Batman, Superman y compañía. Así, de esta manera, nos llega a las librerías especializadas ‘El Monstruo’, un volumen de formato “divertido” y cuyo contenido vendrá publicitado, algo inevitable, por el nombre de Alan Moore, autor más que reconocido y uno de los grandes del mundillo, que deja su impronta en la historia.

Una obra bastante desconocida para el gran público pero que rápidamente se tornará imprescindible para los seguidores del de Northampton, aunque habría que advertir que su paso por esta antología es más bien breve. Moore creó esta serie para la cabecera semanal “Scream!”, una revista que albergaba todo tipo de relatos terroríficos que vio la luz allá por la década de los ochenta pero que, debido a los compromisos que tenía por entonces, tan solo pudo escribir el primer capítulo de la serie. Prepárense para conocer a una pareja formada por Kenny Corman, un chico de doce años que quedará huérfano de manera bastante trágica y se verá obligado a enfrentarse a la vida solo, o lo que es peor, acompañado por su tío Terry, un hombre cuya deformidad física y retraso mental, lo convierte en lo que todo el mundo define como monstruo.

Tras haber estado encerrado y aislado durante años, tito Terry tendrá problemas de adaptación y le resultará bastante complicado controlar su genio y su brutal fuerza, motivo por el que se meterán en más de un problema. Una road movie de terror con un ritmo endiablado gracias a unos capítulos que no duran más de cuatro páginas y que siempre te dejan con ganas de seguir leyendo el siguiente. Moore hace las presentaciones para dejar rápidamente su puesto a Rick Clark, un nombre tras el que se esconde una pareja mítica de guionistas, la formada por John Wagner y Alan Grant. La parte gráfica queda cubierta de manera esplendida por, primero, el italiano Heinzl y, después, por nuestro compatriota Jesús Redondo. Con todo lo dicho hasta ahora se podrán hacer una ligera idea del tipo de historia que tenemos aquí, un relato de terror con la mala baba que se solía gastar en aquella época, donde habrá asesinatos de lo más sórdidos, emocionantes persecuciones policiales y aceptación. Sí, a modo de moraleja nos darán una lección de humildad en la que nos daremos cuenta que las apariencias engañan, no hay extremos, no todo es blanco y negro, hay matices de grises. Una obra bastante redonda que se lee con el suficiente interés como para que nos dure bien poco, algo que nos puede chocar por el poco conocimiento que teníamos de ella hasta que en ECC Ediciones decidieron apostar por su publicación. Ni que decir tiene que esperaremos con ansia más volúmenes como este.
[Grade — 8.50]