Permitidme comenzar recurriendo a esa artimaña tan «fea» que es la comparación. Y no, no voy a comparar lo que Christopher y Rubén Pellejero ponen en juego en ‘El largo y tortuoso camino’ en relación a otros tebeos de similar temática para afirmar que el volumen editado por Astiberri está por encima o por debajo de todos ellos. La comparación a la que voy a recurrir está llamada a afirmar con contundencia acerca de la asombrosa y mutable personalidad del artista español y viene a colación tanto de éste como del otro título que ahora mismo podemos encontrar con su nombre entre las novedades recientes en cualquier estantería de una librería especializada, el segundo álbum de las nuevas aventuras de Corto Maltés que Pellejero ha firmado junto a Juan Díaz Canales: abriendo cualquiera de los dos por cualquier página y fijando nuestra atención simultánea en una y otra, se hace patente la capacidad de Pellejero para mantener su personalidad en una —en la que hoy nos ocupa— y adaptarse al estilo de dibujo de Hugo Pratt en la otra sin recurrir a la mera copia; antes bien, si algo hace grande a ‘Equatoria’, es la extrema habilidad del dibujante para asumir, no ya el trazo de Pratt, sino sus herramientas narrativas y la forma en la que el italiano abordaba la concreción de la página.
Que dicha habilidad habla de forma categórica acerca del inmenso talento de Pellejero es algo que, abandonando la comparación, ‘El largo y tortuoso camino’ no hace sino exponer con insistencia a lo largo de sus casi doscientas páginas. Una extensión en la que Pellejero departe a placer desde esa cima del noveno arte que tiempo ha conquistó sobre cómo hacer tebeos y que refrenda con cada nueva incursión aviñetada. Y a fe mía que su discurso aquí no puede ser más soberbio, atractivo y espectacular: cualquiera que se haya asomado alguna vez a alguno de los títulos que conforman la larga trayectoria del dibujante de Badalona sabrá que, al margen de valorar su estilo —algo que dependerá de los gustos de cada uno—, lo que el español maneja cuando se pone delante de la página en blanco está muy por encima de lo que tiene a su disposición el común de los mortales y, ciñéndolo a lo que podemos ver aquí, cabría señalar mil aspectos que consiguen que nuestra expresión de asombro no nos abandone mientras vamos pasando las páginas, siendo quizás el impresionante y elocuente uso del color el recurso que consigue atraparnos de manera más potente.
Acaso el único temor previo que podía albergarse para con ‘El largo y tortuoso camino’ era que el guión de Christopher no estuviera a la altura de las circunstancias y que se fuera a echar en falta a Jorge Zentner o a Dennis Lapiere, los dos nombres de mano de los cuáles Pellejero ha dado su mejor yo. Afortunadamente no es así y, como ya dijimos cuando tuvimos la fortuna de leer ‘Lobo de lluvia’, el inmenso corazón que pone nuestro artista en su trabajo está respaldado aquí por una historia en la que los sentimientos son parte fundamental de la narración que sigue a Ulysse en una particular Odisea que, tras la muerte de su padre, le llevará a seguir los pasos andados hace décadas por su progenitor por parte de la geografía francesa cuando se buscaba a sí mismo.
Impuesto ese proceso de búsqueda por la exigencia testamentarial del padre de que sus cenizas sean esparcidas en la isla de Wight, la forma en la que Christophe liga los viajes de padre e hijo, la manera en la que los secundarios implicados en ambos terminen siendo los mismos y ese genial recurso de acompañar a la lectura de acotaciones musicales —totalmente recomendable es hacerse una lista de reproducción con los temas aquí citados para utilizarla de banda sonora— terminan por convertir a ‘El largo y tortuoso camino’ en uno de esos títulos que uno lee con una sonrisa perpetua en los labios y que termina dejando un delicioso —y sobresaliente— sabor de boca.
El largo y tortuoso camino
- Autores: Christopher & Rubén Pellejero
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 184 páginas
- Precio: 26,60 euros en