Ha sido una de esas afirmaciones que, cada vez que he tenido ocasión, he metido en los comentarios que, semana a semana, publicamos en este blog: el potencial del cómic como medio de comunicación no conoce límites. Trascendida la barrera de los superhéroes o el humor, el noveno arte demuestra cada mes que puede dar cabida a cualquier tipo de historia, no importando la ambición o el alcance de las mismas mientras que la imaginación de sus autores sea capaz de plasmarla en papel y la receptividad del lector este abierta a las múltiples propuestas que las muchas editoriales —españolas o no— nos hacen llegar a lo largo del año.
Rescatando una que había sido publicada por Glénat en 2005 en sus tres volúmenes originales y que después veíamos en la forma de integral en 2011 de la mano de Sins entido, es ahora Astiberri la casa que se suma al dilatado y singular recorrido editorial de ‘El fotógrafo’. Y lo cierto es que, circunstancial o no, el alumbramiento de esta nueva edición de la soberbia obra de Didier Lefèvre y Emmanuel Guibert no sólo sirve para redescubrir —o descubrir, claro— en toda su magnitud un título de esos que fácilmente podrían ser catalogados dentro de la categoría de Obra Maestra del cómic; sino que, dada la trágica situación actual en Oriente Próximo con esa horrenda y abominable Guerra Civil de Siria que tantos titulares y dramáticas estampas está dejando, acerca al lector a la desoladora realidad del Afganistán de hace tres décadas.
Echar mano de la fotografía como elemento de apoyo es algo que resulta muy habitual a la hora de dibujar tebeos —de hecho, hay autores como Alex Ross que han hecho de ella su herramienta imprescindible—, pero hacerlo como Guibert lo hace en ‘El fotógrafo’ es harina de otro costal. En el álbum que, como decía, plasma en viñetas el viaje que Didier Lefèvre hizo junto a Médicos sin Fronteras a los territorios en guerra de Afganistán a mediados de los ochenta, el dibujante y guionista no se limita a utilizar las miles de fotografías con las que el protagonista inmortalizó su odisea, si no que echa mano de ellas para, constantemente, sustituir viñetas puntuales o páginas enteras —atención a aquellas dedicadas a la niña con la mano quemada— por la fuerza del blanco y negro de las instantáneas obtenidas por Lefèvre.
Tal recurso, de una brillantez extrema y una elocuencia suma que habla a la perfección del nivel de compromiso que Guibert adquirió en la elaboración de éstas páginas para con el trabajo de Lefèvre, eleva muchísimos enteros la lectura de ‘El fotógrafo’, convirtiendo lo que habría sido un tebeo por encima de la media —muy por encima de la media, la verdad— , en uno que se coloca por méritos propios en una posición de preeminencia con respecto a otros de su misma temática. Un álbum magistral que nadie debería dejar de leer bajo ningún concepto y que sacude conciencias desvelándonos una cruda realidad que los que tenemos la fortuna de vivir en el «primer mundo» sólo conocemos reflejada a través del cristal del televisor o la tinta de los rotativos.
El fotógrafo
- Autores: Didier Lefèvre y Emmanuel Guibert
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 272 páginas
- Precio: 30 euros