‘El cazador’, narrativa en 8 bits

Mientras estuvo a los mandos de ese buque llamado Dib-Buks, si algo supo conseguir Ricardo Esteban es que la editorial que levantó se distinguiera por una máxima: la VARIEDAD. Un rápido vistazo al ya amplísimo catálogo de la casa madrileña desvela, a día de hoy, un rosario de géneros que cubren un espectro tan enorme que resulta inabarcable. Y es ese mismo espíritu de inquietud, de querer mirar a cualquier punto cardinal del vasto panorama del arte secuencial, el que parece que también va a determinar el devenir de Nuevo Nueve, esa inesperada apuesta editorial que arrancaba el pasado mes de septiembre y que, desde entonces, nos ha ofrecido un puñado de títulos que, anclados en ese eclecticismo que tan bien caracteriza a su editor jefe, han abarcado toda suerte de géneros en sus cuatro primeros meses de vida. Y pocas muestras hablan mejor de tan encomiable talante que ‘El cazador’, un cómic con muy pocas ambiciones que, dibujado completamente por ordenador en un espléndido estilo retro —y no retro referido a la viñeta, cuidado— deviene en sus pocas páginas en un entretenimiento con una sorprendente capacidad para mover a la reflexión.

Homenajeando a aquellos videojuegos con los que crecimos los que pasamos de la infancia a la adolescencia durante los años 80 con un estilo de trazado que deja ver la irregularidad de las líneas, y un coloreado expresivo que trata de limitar su paleta lo máximo posible —dotando por el camino a las páginas de una considerable personalidad— , Joe Sparrow traza en el cazador el relato de un hombre obsesionado con haber dado muerte a todo bicho viviente diferente sobre la faz de la Tierra. En esa única línea se resumen las 32 páginas en las que el británico se las apaña para ofrecer todo un pequeño rosario de diversas emociones que se mueven entre la natural antipatía inicial hacia el personaje principal hasta la empatía última con la que, de manera brusca y contundente, se cierra una historia que, por su breve condición, deja con ganas de mucho más. Esperemos que este sucinto adelanto del talento de Sparrow no sea más que el primero de muchos títulos por llegarnos del artista y que, por supuesto, éstos vengan de la mano de Nuevo Nueve.