‘El Bruto vol.10: El avaricioso castigo de la muerte’, sí que es bruto, sí

Décima entrega de las aventuras del protector de la calle más solitaria y sórdida de todo el mundo comiquero. Resulta curioso como una colección como ‘El Bruto‘ de Eric Powell parece estar pasando con más pena que gloria por las librerías españolas cuando tiene todos los elementos para convertirse en un súper ventas: guiones divertidos y trágicos, una ilustraciones sobresalientes, un protagonista con carisma y zombis, grandes cantidades de muertos vivientes. Todo junto bien mezclado nos proporciona una serie entretenidísima, llena de acción y que es una compra obligada con cada nuevo volumen que ve la luz.

El avaricioso castigo de la muerte contiene un par de números de la colección regular, uno de ellos el Especial 10º Aniversario, y la miniserie dedicada a Carroña. Quien haya estado siguiendo las aventuras de este entrañable personaje sabrá que no está de ánimo para celebrar su cumpleaños (Powell lo hace coincidir con el especial antes mencionado) ni un buen pastel ni una buena dosis de cerveza de Milwaukee podrán alegrarle el día.

A continuación podremos leer, esto es un decir, uno de esos experimentos que tanto le gustan a algunos autores, y Powell no iba a ser menos. No es la primera vez que se hace un comic sin diálogos, Marvel ya dedicó un mes entero para que todas sus colecciones aparecieran en “silencio” pero ninguna tuvo la suerte de este Bruto. Las ilustraciones de Powell comunican y transmiten más con un simple gesto, una mueca o uno de esos bocadillos con un pequeño dibujo en su interior, que muchos guionistas llenando las viñetas de palabras. Un autentico genio.

El tomo se completa con la serie dedicada a Carroña, personaje que ya abandonara el Callejón Solitario hace algún tiempo buscando poner fin a su existencia. El viaje que nos muestra Powell cuenta con un estilo de dibujo con claras reminiscencias oníricas y nos puede llegar a recordar a otras odiseas literarias como la de cierto pistolero camino de la Torre Oscura. Con unos mimbres como estos es normal que salga una canasto como El Bruto y quizás vendería como churros si tuviera la suerte de ver sus aventuras en la gran o pequeña pantalla, cosa que ya ha ocurrido con otros compañeros de viaje (véase esos ‘Muertos Vivientes‘) y han tenido un empujón de ventas francamente importante. Hasta entonces, desde esta humilde página, se intentará que la gente se fije en esta pequeña joya.