No es fácil hacerse mayor. Y quien diga lo contrario, miente como un bellaco. Y sólo por eso hay que agradecerle a Ximo Abadía ( y hay que agradecérselo efusivamente, así que ronda de aplausos, por favor) que se haya sacado de su mágica chistera este ‘De mayor quiero ser pequeño‘, un libro (que no un cómic) de preciosas ilustraciones llenas de candor que tiene la extraña facultad de servir a un doble y complicado propósito.
De una parte, las páginas de este volumen exquisitamente editado por Dib-buks (como ya es norma habitual en la editorial comandada por Ricardo Esteban) pone a los lectores adultos en contacto con ese niño interior que muchas veces tan olvidado tenemos en el discurrir de nuestras ajetreadas vidas, recordándonos Abadía a través de la sencillez de sus páginas que hubo un tiempo que disfrutábamos sobremanera jugando con lo primero que teníamos a mano, haciendo campeonatos de pompas de chicle o hurgándonos la nariz para sacar ese moco escurridizo (bueno, en esto último hay mucho adulto que no ha cambiado).
Al mismo tiempo, entregar ‘De mayor quiero ser pequeño’ a un infante es la mejor forma de cultivar en él las ganas de seguir queriendo jugar a todas horas, de ver el mundo a través de una inocencia que la vida adulta suele desprenderte a palos y, sobre todo, de leer, leer a todas horas y soñar, soñar con mundos imaginarios que están detrás de la puerta de tu armario o tras la esquina del pasillo de tu casa. Lo decía al principio, y lo vuelvo a repetir de todo corazón: GRACIAS XIMO.
De mayor quiero ser pequeño
- Autores: Ximo Abadía
- Editorial: Dib-buks
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 64
- Precio: 14 euros