‘De capa y colmillos. Integral 1’, hildaguía y humor

Hecha primero la segunda, y leída ahora la primera, queda claro que si había alguien idóneo para encargarse de aquella, era el guionista de ésta. ¿Críptico decís? Reformulemos. Leída primero esa magnífica obra que el pasado año fue ‘El Buscón en las Indias‘, y leído ahora, muy a posteriori, este primer integral que Norma edita de ‘De capa y colmillos‘, queda muy claro que si había un guionista idóneo para cargar sobre sus hombros la enorme responsabilidad de dar continuidad a una de las obras más inmortales del Siglo de Oro de la literatura española, ese era, sin duda alguna, Alain Ayroles: ya en la continuación del texto de Quevedo, comentábamos a finales de 2019 lo mucho que nos sorprendía el íntimo conocimiento que el guionista demostraba tener de las formas y recursos de hace cuatro siglos y lo hacíamos sin saber que en esta ‘De capa y colmillos’ se había podido entrenar a placer en tales labores.

Y es que la serie, que Norma comienza a recopilar aquí en uno de esos integrales de los que tanto gusta de un tiempo a esta parte, es todo un ejemplar catálogo de cómo escribir tebeo de aventuras y desenfrenado humor de tal manera que la fusión de ambos factores quede caracterizada por unos diálogos que parezcan sacados de alguna loca iteración quijotesca, una suerte de variación fantástica —porque, hay lugar para mucha, mucha fantasía— de las aventuras del hidalgo por excelencia en la que hay sitio para constantes giros de guión que, obedeciendo o no a una lógica interna, hacen de la lectura un continuo vehículo para la sorpresa. Tanto es así, que resulta de todo punto IMPOSIBLE anticiparse a lo que Ayroles va sacándose de la manga para hacer avanzar la historia de los dos protagonistas, un zorro y un lobo que gastan gallardía y arrojo y que se verán envueltos en la búsqueda de un tesoro sito en unas islas perdidas.

Pero ellos no son los únicos interesados en encontrarlo, y en las múltiples adiciones al reparto que suponen los demás buscadores —y aquí hay para todos los gustos, desde piratas a nobles o malvados y ladinos visires— así como en las sinergias que éstos generan entre sí o con los dos héroes de la función, Ayroles encuentra constantes apoyos para, como decía, plantear las situaciones más alocadas que os podáis imaginar, dando este primer volumen —de los tres en los que suponemos Norma recogerá los 10 álbumes originales— para albergar tal variedad que harían falta considerables líneas si quisiéramos dar cuenta exacta de todo aquello por lo que navegan estas páginas. Unas páginas que encuentran en Jean-Luc Masbou el músculo necesario para terminar de fijar ese preciso traslado que Ayroles hace a siglos atrás gracias a la portentosa imaginación visual de un dibujante que, con su muy reconocible estilo, y un maravilloso uso del color, aúpa a ‘De capa y colmillos’ a la categoría de tebeo europeo imprescindible…que no es poco.