Joe Quesada se convirtió, con tan sólo un par de proyectos, en uno de mis artistas favoritos en aquellos años en que empezaba a conocer el mundillo de la viñeta. Bastaron sus páginas en la miniserie de ‘The Ray‘ y las que después servirían para asentar aún más sus formas visuales con ‘La espada de Azrael‘ para que servidor supiera a ciencia cierta que había encontrado otro nombre que añadir a aquellos que seguiría de manera impenitente. Tras las ya citadas, llegarían sus incursiones en el arranque del universo Valiant, la intentona de hacer un tebeo de superhéroe diferente que supuso su ‘Ash‘ o sus escarceos con Marvel y el inadvertido pistoletazo de salida a los veinticinco años casi ininterrumpidos en que Daredevil lleva siendo lo mejor que puede ofrecer, mes a mes, La Casa de las Ideas. Y es que, para los que no lo recuerden, Quesada fue artífice, junto a Kevin Smith, del paso del cuerpecitos al sello Marvel Knights y de colocar al personaje en un punto de mira en que no había estado desde que Frank Miller lo abandonara, años atrás, haciendo del vigilante de Hell’s Kitchen un héroe tan atractivo a ojos de todos que, en el transcurso de los lustros, ha ido pasando por tan geniales manos como las de Brian Michael Bendis, Ed Brubaker, Mark Waid, Charles Soule o las más recientes de Chip Zdarsky. Pero a Quesada, que después de su tránsito por las páginas de ‘Daredevil’ fue llamado a otras labores en el seno de la editorial, convirtiéndose en Editor Jefe de una Marvel que conoció tiempos memorables bajo su mando antes de que éste volara hacia otros nombres y de que, en 2022, anunciara su marcha de la editorial; se le debió quedar una espinita clavada en su corazón de creador y, siete años más tarde de terminar sus labores de dibujante en la cabecera, anunció la miniserie que ahora recopila Panini en un Must-Have que hace honor a su sello…a medias.
Si sólo tuviéramos que dar cuenta del aspecto gráfico de este ‘Daredevil: Padre‘, no tendríamos duda alguna de que el presente volumen es uno que tenéis que incorporar sí o sí a vuestras tebeotecas. ¿Incluso si ya tenemos en nuestra posesión el año que Quesada dibujó de la serie principal? Sí. Y no porque estas 200 páginas sean mejores que aquellas —de hecho, si somos honestos, nos parecen inferiores— sino porque, bajo los mismos principios de estilo tan sumamente reconocibles del artista, hay en éstas cierta voluntad de crear imágenes icónicas por el mero hecho de hacerlo, sin que en realidad la historia lo demande que, debido a ello, nos encontramos en el transcurso de la lectura con dibujos y más dibujos de esos capaces de hacernos desprender la mandíbula: espectacular y exagerado en grado sumo, la habitual deformación de la anatomía a la que Quesada solía someter a sus creaciones, se lleva aquí a un paroxismo demencial, y la imponente figura de un Daredevil con una espalda que ríase usted de la del último Mister Olympia, la forma de tratar los claroscuros a lo largo de la narración o los imposibles ángulos desde los que se encuadra la acción hacen de este cómic un goce para la vista siempre y cuando uno entre por los postulados, primero del tebeo de superhéroes y, después, de los límites entre los que se mueve Quesada.
Siendo así, no nos cabe ninguna duda de que ‘Daredevil: Padre’ será una lectura que os convencerá por mucho que, como decíamos, sólo lo haga desde el punto de vista gráfico porque, si del guión tenemos que hablar, lo que aquí encontramos es un puzzle ambicioso cuyas piezas, lamentablemente, no acaban de engarzar correctamente. Y es que, a falta de epítetos menos negativos, lo que aquí cuece Quesada es un puñetero desastre con pocos pies y casi ninguna cabeza. Sabemos, porque así creo recordar que lo dijo el artista en su momento, que la intención detrás de este relato, es servir de reflexión a la figura paterna y de homenaje a la misma. Pero, demonios, si eso es lo que pretendía el Quesada creador, el Quesada guionista termina por desmontarlo en pocos compases: hay tantos frentes abiertos a lo largo de la narración, que uno no sabe muy bien hacia donde mirar, si a esa recurrencia que es la figura de Jack Murdock —el padre de Matt—, si al estrambótico grupo de superhéroes que se lanzan a defender las calles de Manhattan de malhechores, si al multimillonario que parece estar orquestando algo tenebroso desde las sombras, si al asesino en serie que arranca los ojos de sus víctimas, si a la ola de calor que arrasa la Gran Manzana o si al caso de paciente con cáncer que culpa a la compañía eléctrica que llega a las oficinas de Matt y Foggy.
Por mucho que os parezca increíble, todos esos elementos se mezclan, con poco orden y ningún concierto, en unas páginas que dejan claro que, quitando la inmensa mayoría de ellos, la historia hubiera funcionado, no igual, sino muchísimo mejor. Sobran los superhéroes, sobra la ola de calor —que no es más que una anécdota para llenar páginas porque nada se hace con ella—, sobra el multimillonario y, no diremos que sobra lo demás porque es el justificante del que Quesada echa mano para, en las últimas páginas de la historia, introducir un giro completamente inverosímil que, al menos, sorprende, aunque sea en negativo. En fin, que volvemos a lo que afirmábamos más arriba: ¿Dibujo? Fantástico ¿Guión? Prescindible ¿Pertinencia en vuestra tebeoteca? Todo dependerá de si queréis pasar un rato admirando el arte de Quesada o si os parece que con asomaros a las páginas con las que puso en imágenes el magnífico trabajo de Kevin Smith ya tenéis Daredevil suyo suficiente. ‘Nuff said!!!!!
Daredevil: Padre
- Autores: Joe Quesada
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 200 páginas
- Precio: 20 euros