‘Cromáticas’, grandeza en pequeñas dosis

Hace casi un año hablábamos de ellos con desaforada pasión para acercarnos a esa obra maestra que es ‘Dieter Lumpen’ y hoy volvemos a traer a Jorge Zetner y Rubén Pellejero a colación debido a ‘Cromáticas’, un espléndido álbum que hay que agradecer —y mucho— a Astiberri por recuperar un puñado de historias cortas a las que, perdidas en el olvido, sólo habían tenido acceso hasta el momento aquellos lectores que se acercaron a ‘Co & Co’, una de las revistas sobre cómics que pobló el panorama editorial español junto a otras como ‘CIMOC’ o ‘Cairo’ y cuya sanísima intención era servir como vehículo de salida a relatos breves o álbumes serializados con los que acercar el tebeo a cuanta más gente, mejor.

Habiendo de hecho hablado tanto y con tanta profusión de lo que el guionista argentino y el dibujante español eran capaces de conseguir cuando unían talento y ganas, y dejando claro que, si bien se queda muy lejos —muy, muy lejos— de convertirlas en prescindibles, no es menos cierto que el carácter alimenticio de estas páginas las aleja de la inmensa grandeza de las aventuras de Lumpen. Ahora bien, que nadie piense que al quedarse a distancia de éstas últimas, las páginas de ‘Cromáticas’ no son dignas del desembolso. Antes bien, lo que Zetner y Pellejero demuestran con ellas, más allá de toda duda, es el íntimo entendimiento de los mecanismos del noveno arte y, por supuesto, la capacidad para dibujar en pocas viñetas una semblanza de historia que casi siempre arranca in media res y cuya conclusión siempre siembra un brillante desasosiego en el lector.

Muy a la manera de esas geniales píldoras que nos ofrecía hace años, por ejemplo, Rod Serling en ‘En los límites de la realidad’, el talante más o menos fantástico que se deja sentir a través de los cinco relatos que componen ‘Cromáticas’ queda caracterizado por una soberbia mala baba que juega a provocar reacciones adversas en el que a ellas se acerca. Unas sensaciones que terminan siempre concurriendo en aplaudir la maestría de Zetner y, sobre todo, la extrema habilidad narrativa de Pellejero para dotar a las ideas del argentino de una vida asombrosa, algo que demuestran mis páginas favoritas del volumen, aquellas que bajo el nombre de ‘Blues’ nos acercan a una curiosa historia de pasión asombrosa y que no son más que la punta del iceberg del talento gráfico que se encierra en un álbum, sino imprescindible, sí de lectura obligada