‘Bufón’, amarga fábula

Con el ritmo de publicación que lleva al cabo del año, mucho me temo que en breve no nos va a quedar otra que plantear una nueva sección dentro de Fancueva junto a la de Cómic llamada, simplemente, Zidrou. Bromas aparte, es obvio que es el escritor francés afincado en nuestro país el guionista al que de forma más reiterada dedicamos espacio en estas líneas. Y si lo hacemos, no es por lo mucho que Norma le edita mes sí, mes no, sino por la inmensa calidad que destilan todas las páginas que son tocadas con la inmensa solidez que atesora un artista del que hemos dicho incontables veces que es un auténtico mago a la hora de llegar al corazón del lector con relatos cargados de emoción. Y emociones vuelve a haber a manos llenas en ‘Bufón’, el álbum que junto con ‘Tocadiscos’ —de la que no tardaremos en hablar—, servía para cerrar la amplia cuota que durante el 2015 le ha dedicado la editorial catalana al que no sería descabellado tildar como su autor fetiche.

Alejándose de nuevo de las historias de corte contemporáneo como está haciendo con la espléndida ‘Marina’, Zidrou torna su mirada hacia la Edad Media para narrarnos una amarga fábula acerca de un ser deforme tocado por un don especial al que, por su fealdad física, le será negado el amor que su bella alma ansía. A través de la figura de tan poco agraciado personaje —que Francis Porcel dota de una extraña y soberbia mezcla entre lo desagradable y lo tierno—, Zidrou enhebra una vivisección de la crueldad humana en muchos de sus aspectos más rastreros, consiguiendo que al lector se le «revuelvan» las tripas en no pocas ocasiones durante el transcurso de un álbum que tiene muy pocas concesiones hacia la galería.

Mezclado dicho análisis —de una lucidez y elocuencia espléndidas— con el talante ácido y sarcástico que muchas veces subyace de las historias del guionista, lo que nos encontramos en ‘Bufón’ es un tebeo sólido, editado con mucho mimo y completado mediante un soberbio y ejemplar trabajo a los lápices, tintas y colores por un dibujante del que ya afirmábamos hace ahora dos años, que esperábamos ansiosos su nueva empresa tras las maravillosas y sobrecogedoras planchas que le vimos en ‘Folies Bergere’. Pues bien, aquí las tenemos y no podrían habernos dejado más honda huella. Si el nivel de lo que el cóctel Zidrou y Porcel nos puedan ofrecer en el futuro no desciende ni un ápice, estaremos ante una de los equipos creativos mejor maridados del mercado francobelga. Al tiempo.