‘Batman INC: La Estrella del Desierto’, la mediana y oscura empresa

La etapa en la que el guionista Grant Morrison (sin lugar a dudas, el artista del mes en Fancueva) estuvo al frente de Batman es una de las que mayor controversia ha provocado entre los aficionados al comic. Ambiciosa y de largo recorrido, muchos fueron los lectores que se quedaron por el camino ya que no se trataba de una aventura al uso, el escocés jugaba con multitud de conceptos de toda la historia “batmaniana” y nos exigía estar atentos a todas las pistas que se iban diseminando con precisión de relojero.

Pues bien, como colofón a toda esa odisea (todo el mundo debería meterse de lleno en estos comics, al menos una vez en la vida) nos llegaba esta Batman INC, un epílogo en el que tendría lugar la lucha definitiva entre la organización mundial del Bat-ejercito y los terroristas de Leviatán. Una contienda de esta magnitud traerá consecuencias para la familia, la primera y más llamativa, Talia al Ghul ha puesto precio a la cabeza de Damian Wayne, el hijo que tiene en común con Bruce. Un detalle que añadirá más emoción, si cabe, a un relato trepidante donde tendrán que tomarse decisiones: ¿salvar a Robin, a la ciudad de Gotham o al mundo?

‘Batman INC: La Estrella del Demonio’ es el primer paso hacia el final de una etapa memorable, llena de complejas tramas, vendettas personales y un grupo de hombres murciélagos que están dispuestos a darlo todo por el héroe que los inspiró. Porque es, precisamente, esta idea la que explica el título de esta cabecera: soldados al servicio de Batman y financiados por la empresa capitaneada por el millonario playboy. Un paso arriesgado si tenemos en cuenta que el status del Caballero Oscuro cambiaba radicalmente, Wayne saltaba a la palestra como el benefactor del justiciero y eso acababa con su fama de solitario.

No se pudo contar con Frank Quitely (que ya dejó su impronta en Batman y Robin) pero sí con un “primo hermano”, Chris Burnham, dibujante que asimila proporciones, ritmo narrativo y expresiones faciales a velocidad de crucero, haciéndonos olvidar al artista de Glasgow tras un primer vistazo a su trabajo. El efecto “bola de nieve” sigue su curso y la historia aumenta en intensidad y complejidad con un desarrollo planeado milimétricamente por un guionista que sabe lo que se hace y lo que quería contar desde el principio. Señores, esto es Morrison en estado puro. A nadie dejará indiferente.
[Grade — 9.00]