Nos alegrábamos hace unos meses en Zona Fandom porque Planeta por fin se hubiese decidido a editar el Batman: Año 100 de Paul Pope. Y no era para menos, porque como podéis comprobar ya mismo (está desde septiembre en cualquiera de vuestras tiendas habituales), esta historia es una de las mejores revisiones que se han hecho sobre el muerciélago en los últimos años. Me atrevo a decir (peligrosa opinión sin conoceros a tods y cada uno de los que leais esto) que su lectura no defraudará a casi nadie.
Pope cuenta la historia de una Gotham en la que Batman apareció hace ya cien años y que se ha transformado, con el paso de los año, en una ciudad en la que la privacidad apenas existe. El obsesivo método de seguridad de la ciudad ha llevado a Gotham, en su sueño paranoico, a ser una pesadilla totalitarista. Batman es sólo un fantasma, un mito, el recuerdo de un pasado que quizás nunca existió. Se cuentan sus leyendas, pero ya nadie puede decir que existiese. Hasta que aparece de nuevo.
Pope se atreve a retomar el personaje de Batman unos años más tarde del Retorno del Caballero Oscuro de Frank Miller. Un asesinato será el que haga aparecer de nuevo en escena al mejor detective del mundo (o a algún imitador), cien años después.
La historia es muy buena, pero donde Batman: Año 100 se gana el inmediato amor del lector es en su narrativa visual. Os invito a que cojáis el tebeo en cualquier tienda y os leáis la primera secuencia, una persecución excepcional. A ver si después de eso sois capaces de no seguir leyendo.
Pope no dibuja como la mayoría del mainstream. De hecho, su trazo es deliberadamente feista, extremadamente personal. Puede que sus lápices no sean «bonitos», pero hay en ellos un narrador puro, alguien que no se limita a encadenar viñetas, sino que consigue fluidez, que la historia se deslice por cada una de las páginas atrapando al lector en su corriente. Ahí es donde radica todo el talento de un hombre que debería regalarnos con más incursiones en las dos grandes para aliviar los muchos momentos vacíos que éstas nos regalan.
Imprescindible para cualquiera mínimamente interesado en el personaje y muy recomendable incluso para quienes no comulguen con los tebeos pijameros. Una de las compras del año.
Los comentarios están cerrados.