Me gusta. No puedo negarlo. Al menos no de manera taxativa. Y debido a ello, a que me gusta pero no de forma categórica, hay dos cuestiones relevantes que es necesario comentar. La primera, que aunque no las comparta, entiendo muy bien todas las críticas que Tom King ha recibido desde que se hizo cargo de la cabecera del hombre murciélago tras el ‘Rebirth’ —no comparto las de ‘Batman’, harina de otro costal son las que lanzos dardos envenenados contra ‘Heroes in Crisis’—. La segunda, que por mucho que lo que el ex-agente de la CIA haya venido planteando en ‘Batman’ encontrara en todos los acontecimientos que rodearon a los esponsales del héroe de Gotham su punto álgido, dicha cumbre se queda a bastante distancia de lo que, al mismo tiempo, venía sucediendo en una ‘Detective Comics’ de la que ya dije, allá por marzo, que me parecía una cosa fuera de lo normal…al menos mientras James Tynion IV estuvo al frente, que ya hablaremos de lo que Peter Tomasi está llevando a cabo tras la marcha de su predecesor.
Dicho esto, hay que reconocerle a King el mérito de haber tenido la paciencia y sobre todo el gran tino de ir sembrando, desde tan pronto como el número 14 de la serie, toda una subtrama que rodeaba a la relación de Batman/Bruce con Catwoman/Selina, haciéndola crecer, madurar y desembocar en una pedida de mano que, a su vez, conduciría a la gran celebración de una boda llamada a enmarcarse en el número 50 de la colección. A lo largo de ese recorrido de 35 ejemplares, en los que el guionista interpuso toda clase de peligros, no ya ante el caballero oscuro, sino también frente a la pareja, hubo tiempo de comprobar el mimo con el que el escritor de ‘El sheriff de Babilonia‘ trataba la frágil relación de dos personajes tan antitéticos y a la vez tan necesitados el uno del otro. Una relación que se enfrentaba con determinación inflexible a las embestidas que King iba plantando ante ella pero que, finalmente, en ese ejemplar de celebración, daba paso a una realidad que, más o menos, se había dejado entrever: por más que nos hubiera gustado, la vida en común del murciélago y la gata era imposible.
No ocultaré que mi yo más romántico se vio algo decepcionado por la decisión de King de separar los destinos del justiciero nocturno y la criminal reformada por más que, como digo, fuera algo que se intuía; como tampoco negaré que la habilidad del guionista para llevarnos hasta ese punto y, sin solución de continuidad, meternos de lleno en el nuevo arco argumental que enfrentará a Batman contra un maquiavélico Bane es tanto o más acertada que el equipo de artistas que va alternándose en las páginas de la cabecera para responder en lo visual a las necesidades del libreto. De entre todos ellos, este redactor se queda, porque son debilidad personal, con Mitch Gerads y Mikel Janin, dibujantes con estilos completamente contrapuestos pero que traducen a la perfección y mucho mejor que Joëlle Jones o Clay Mann —a los que, cuidado, no les niego ni su personalidad ni lo muy efectivo de sus planteamientos— lo que King va desarrollando.
Solo resta saber, a la luz de las noticias que conocimos hace poco, si ese abrupto cambio de parecer que supondrá su salida de ‘Batman’ en el número 85 —hasta hace nada el escritor había afirmado siempre que había tenido oportunidad que su historia sobre el personaje abarcaría 100 números— se siente como completo toda vez DC finalice la publicación de los doce números que conformarán la maxiserie ‘Batman/Catwoman’ . Una docena que comenzarán a aparecer en enero del próximo año y que, suponemos, dará broche, esperemos de oro, a la virtuosa estancia de Tom King en las vidas de los habitantes más célebres de Gotham.
Batman. Álbum de boda
- Autores: Tom King y VVAA
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 288 páginas
- Precio: 27,07 euros en