Si bien mi favorita siempre será el ‘Superman‘ de Richard Donner —aún a día de hoy, después de TODO lo que hemos visto de superhéroes en la gran pantalla (tanto que el otro día, cuando salía de ‘The Flash‘, reflexionaba con mis acompañantes sobre el nivel de saturación al que creo haber llegado del cine de tipos y tipas con poderes y mallas), la cinta con Christopher Reeve me sigue pareciendo de las cinco mejores de la historia del «género»—, y aún teniendo en cuenta que no ha envejecido ni de lejos tan bien como la cinta de 1978, creo incontestable que lo que el ‘Batman‘ de Tim Burton supuso para los que en 1989 asistimos atónitos a su estreno, cuando lo de ver un cómic en celuloide se movía entre lo imposible y lo improbable, se podría calificar como poco de impacto generacional: recuerdo haber visto incontables veces el trailer que logré grabar de la tele en una cinta VHS e ir al cine de mi ciudad natal con las expectativas por las nubes. Unas expectativas que se vieron superadas con creces con lo que Burton puso en pantalla y, en especial, lo que Danny Elfman hizo con una partitura que no ha sufrido el mismo envejecimiento de formas que las imágenes a las que acompaña y que estableció todo un paradigma en el mundo de la composición cinematográfica que marcó a fuego gran parte de la corriente de lo que los amantes de la música de cine pudimos disfrutar durante los 90.
Así las cosas, y como me pasara con el ‘Superman 1978‘, no fueron pocas las ganas con las que me asomé a las páginas de este volumen cuando comenzó su publicación mensual en Estados Unidos. A fin de cuentas, a lo que ‘Batman’ supuso en mi yo adolescente, se unían dos detalles que hacían de este proyecto algo, a priori, especial. Primero, que el guión venía firmado por Sam Hamm, el mismo que escribiera el libreto de la cinta, garantizando así, al menos sobre el papel, que la continuidad de ideas, no sólo de la primera parte, sino también de ‘Batman Vuelve’, formara parte del ADN del proyecto. Segundo, que el dibujo corría a cargo de Joe Quiñones, artista muy querido por el que esto suscribe. Desafortunadamente, la historia que cuaja Hamm no está a la altura de lo esperado y, de hecho, hasta chirría en su choque con lo que el guionista puso en pie hace treinta años, no haciendo buen uso de los personajes existentes —ni Batman/Bruce, ni Selina, ni Alfred ni Gordon tienen suficiente calado— ni aprovechando la oportunidad de crear nuevos caracteres que resulten atractivos, siendo el epítome de esto un Harvey Dent que ni fu ni fa o un Robin que es antipático a más no poder. Sí, el dibujo de Quiñones es fantástico y muy en la línea de todo lo que le hemos visto al artista hasta ahora, pero no cuenta con el suficiente apoyo en la otra mitad y, al final, todo esfuerzo visual queda deslucido por un tebeo que termina leyéndose más por inercia que por interés. Una lástima de oportunidad desperdiciada, la verdad.
Batman’89
- Autores: Sam Hamm y Joe Quiñones
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 152 páginas
- Precio: 19.95 euros
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