‘Astro City: Cosas del Pasado’, todo sigue igual por la ciudad

Con cada nueva entrega de la serie guionizada por Kurt Busiek, no podemos dejar de pensar en la cantidad de aventuras que han salido de su cabeza, relatos basados en una idea tan sencilla como es escribir tebeos tal y cómo los que el escritor leía cuando era pequeño. Esa es la premisa de una de las colecciones más galardonadas de los últimos años y que, viendo la buena lectura que es este ‘Astro City: Cosas del Pasado’, parece gozar de una envidiable salud. Una nueva etapa de la que muchos recelaban y la veían como un burdo intento por sacar los cuartos a los lectores más veteranos. Nada más lejos de la realidad.

Buena culpa de este triunfal retorno lo tiene el sello Vertigo, etiqueta que reluce en las portadas de esta nueva época, un acierto que no ha hecho más que confirma lo que ya se sabía: Busiek es un genio y tiene cuerda para largo. Para ello usa la fórmula que tan bien le ha ido desde que la cabecera iniciara su recorrido allá por el año 1995 (se dice pronto), se retroalimenta de sus propios personajes una y otra vez, recupera tramas del pasado para continuarlas justamente donde se quedaron.

De esta manera nos vamos cruzar de nuevo con un antiguo conocido, Acero Donewicz, protagonista absoluto de una de las sagas más recordadas de la colección. Allí se mostraba los problemas que un villano cualquiera tenía a la hora de ser reinsertado en la sociedad tras pasar veinte años a la sombra, situación a la que había que añadir su amenazante aspecto metálico. Dejando atrás su vida como criminal y convirtiéndose en un detective privado, llega el momento de saber cómo se gana la vida actualmente. La cosa no ha cambiado demasiado: ayuda en tareas de limpieza en el río hasta que aparece una antigua compañera pidiendo ayuda para demostrar su inocencia en unos crímenes que parecen llevar su firma inconfundible.

Esta primera aventura contará con los lápices de Brent Anderson, ilustrador original de la serie que, en esta nueva andadura no ha podido soportar el ritmo mensual y ha tenido que ser ayudado por otros dibujantes de similares características. Ron Randall, otro nombre importante dentro de la editorial y del sello para adultos, se encarga del segundo relato protagonizado por Resorte, otro peso pesado de este particular universo. La corrección narrativa de ambos y su implicación en el proyecto está fuera de toda duda al ver el resultado final. Todos rinden al máximo, Anderson, Randall, Busiek y, no nos olvidemos, Alex Ross, portadista de excepción desde el primer número y que ha convertido sus ilustraciones en todo un signo de identidad. Que dure mucho.
[Grade — 8.50]