Ser amante del cómic clásico estadounidense y vivir a este lado del charco es un perpetuo sufrimiento si no se domina la lengua de la pérfida Albión. Se puede decir más alto pero no más claro. Y es que, comparado con lo que se re-edita en Estados Unidos, lo que aquí nos llega es, si bien no a destiempo —porque son títulos que dejaron de ser novedad hace décadas— sí lo es con cuentagotas. Vale, no estoy hablando en primera persona por cuanto el idioma no es impedimento y, en consecuencia, Amazon me tiene abonado a todo lo que Fantagraphics y algunos pequeños sellos yanquis van editando de cuando en cuando para goce y disfrute de los que necesitamos nuestra pequeña dosis anual de, qué se yo, las planchas de Hal Foster para ‘El Príncipe Valiente’ o las de Milton Caniff para ‘Terry y los Piratas’. Bien es cierto que las primeras las podemos ver en glorioso blanco y negro de la mano de Manuel Caldas —al que hace poco se le torcían las cosas para poder seguir publicando en castellano su magnífica edición de las aventuras de Val— y que Kraken ha tenido la bondad de acercarnos cuatro de los volúmenes de la magna obra de Caniff; pero incluso contando con ellas y con los muchos tomos que conforman ya el ‘Snoopy’ de Planeta, los lectores españoles siguen muy huérfanos en cuanto a material vetusto se refiere.
A cubrir algo el ancho abismo que nos separa del mercado americano, venía en auxilio precisamente Planeta el mes pasado con el asombroso volumen que hoy ocupa nuestra atención, algo más de 300 páginas en gloriosa tapa dura, formato apaisado y espléndida calidad de impresión para dar cabida a la tira que supuso el bautismo de fuego de uno de los dibujantes de cómic más emblemáticos de la historia del séptimo arte. Nos referimos, como no, a Alex Raymond. En un año que, como bien apunta la exhaustiva introducción que precede a la lectura, fue fundamental para el mundo del tebeo estadounidense —de enero a octubre nacieron Jungle Jim, Lil’ Abner, Terry y los Piratas y Flash Gordon— el talento de Raymond eclosionó en tres tiras que lo verían madurar y convertirse en el legendario artista que terminaría siendo con el paso de los años. Cierto es que ese calificativo, el de legendario, descansa sobre todo en las aventuras de Flash en su intento de salvar al universo del pérfido Emperador Ming, pero también que asomarse a las páginas de ‘Agente Secreto X-9’ es hacerlo a un despliegue de recursos narrativos y de talento compositivo de inusual solidez para un nombre que hasta entonces había servido sólo como ayudante en un par de títulos.
Y si relevante resulta la aportación de Raymond al discurrir inicial de las andanzas de Phil Corrigan —unas andanzas que se prolongarían durante más de sesenta años—, aún más lo es la que compete a la pluma de la que nacerá tan longevo personaje. Hablar de Dashiell Hammett es hacerlo de forma indefectible de ‘El halcón Maltés’. Y hablar de ‘El halcón Maltés’ es hacer referencia, no sólo a uno de los puntales literarios más importantes del género negro, sino también del cinematográfico por cuanto ahí está la mítica adaptación llevada a cabo por John Huston y protagonizada por Humphrey Bogart en la piel de Sam Spade, el flemático detective que buscará una estatuilla fabricada con «el material del que están hechos los sueños». Algo de Spade, claro está, hay en la definición que hace Hammett de Corrigan, aunque con la diferencia de medios, el lector de cómics tarde mucho más en apercibirse de los detalles que añaden matices al arquetípico personaje que durante un buen trecho es el duro hombretón que nos presenta, casi de «sopetón» el comienzo de una tira que sirve para asomarse a un tiempo en el que los cómics nada tenían que ver con lo que hoy entendemos por tal término. Una época que no se caracterizaba por sus escalas de grises y en la que los malos eran muy malos y los buenos, muy buenos. Una época, en definitiva, que nunca está demás volver a abordar a sabiendas de que páginas como estas son el cimiento sobre el que se asienta la historia de un medio.
Agente Secreto X-9
- Autores: Dashiell Hammett y Alex Raymond
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 304 páginas
- Precio: 45 euros